martes, 28 de marzo de 2017

Practice makes perfect, Julie James

[Libro no publicado en español]
Payton Kendall y J.D. Jameson son dos abogados que conocen el significado de la objeción. Feminista hasta los huesos, Payton ha peleado por triunfar en una profesión dominada por hombres. De buena familia, privilegiado y arrogante, J.D. ha peleado por ignorarla. Cara a cara se comportan de un modo perfectamente civilizado, es lo que deben hacer. Durante ocho años se han mantenido a una distancia prudencial y se han tolerado como compañeros de trabajo por una única razón: ambos quieren ser socios del bufete en el que trabajan. Pero todo se desmorona cuando tienen que unir fuerzas en un caso y comienzan a apreciar la extrema dedicación que cada uno tiene a la ley. Las chispas que surgen entre ellos rápidamente se convierten en una gran atracción destinada a no durar cuando descubren que únicamente uno va a ser nombrado socio. Se inicia una guerra abierta en la que la batalla entre sexos está destinada a hacer que estos abogados ejerzan la ley con mucho calor...


No se prodigan por aquí los abogados palote pero cualquiera que haya sido adolescente en los ochenta y haya soñado con un revolcón con Mark Hamill o Jimmy Smiths creo que sabe del poder erótico-festivo de un traje de chaqueta bien puesto acompañando unos estupendos alegatos *ejem*. Por eso hoy traemos la reseña de un libro de defensores de la ley que, entre juicio y juicio, consiguen volverse locos. Vamos a echar un ojo a lo que esconden estos letrados bajo la toga...


Y por money nos referimos al ba*ajo

Payton Kendall es una abogada vegetariana que la única carne que come es la de sus oponentes en los juicios. Es joven, brillante y con un prometedor futuro en el bufete de abogados en el que trabaja y en su día a día únicamente hay una cosa que le molesta (y no es la pesada de su madre): la presencia de J.D. Jameson, su némesis en el bufete y quebradero de cabeza. Ocho años trabajando juntos, ocho años odiándose. Y es que J.D. es un pijo redomado, hijo de un juez, brillante abogado, arrogante, machista y petardo consumado, especialmente con Payton, a la que disfruta sacando de quicio a la mínima que puede. Siempre en privado, claro, porque en público se comportan de un modo perfectamente civilizado, lo que sea por mantener las apariencias y poder ser, por fin, nombrados socios del bufete. Pero ninguno cuenta con que tengan que trabajar por primera vez juntos y haya roce y del roce salgan ciertan chispas internas que acaben desembocando en fuegos capaces de servir de base para una barbacoa en el Infierno. Una pena que su competición por ser socios pueda congelar esas llamaradas de pasión...


Nos encanta nuestro trabajo, de verdad, ¡NOS ENCANTA!

Oh, el trabajo, ese adorable joputa que igual que une, separa. Y no un trabajo cualquiera, sino el de abogado en un bufete de estos americanos que vemos en las pelis y en las series, que para trabajar en ellos debes venderles tu vida y los derechos sobre tu primogénito. Normal que al final acaben todos llenos de líos, ¡si no puedes ni salir a la calle para respirar! Payton y J.D. son verdaderos esclavos de su trabajo que parecen encontrar en fastidiarse mutuamente la única alegría del día. Así, podemos disfrutar de batallas verbales deliciosas que culminan putaditas varias, desembocando una de ellas en un momento de extrema vergüenza ajena tan bien narrado que ésta que os escribe se puso a soltar carcajadas en mitad del metro la limusina que me transporta habitualmente 😅.


Si estoy comiendo, seguro que me pasa esto

Ay queridas, a mí estos libros en los que se odian con la misma intensidad con la que luego se van a acabar refrotando ME ENCANTANTardas seis páginas en saber si la protagonista odia o ama al protagonista. Y lo odia, por supuesto, lo que es mucho más interesante para este tipo de libros porque ya sabemos que el camino del odio al amor es pequeño pero está lleno de estupendas paradas (y, en este caso, muy divertidas). No vamos a engañarnos, la historia es más vieja de hacer pipí y nos la sabemos de memoria pero lo que nos interesa es ver cómo nos la cuentan y si el camino lector merece la pena. Y la merece. Hay una mezcla perfecta de humor y mala leche, con algo de sentimentalismo, vergüenza ajena y mucha tensión sexual. Hubiera sido muy fácil llenar este libro de polvos y, sin embargo, Julie James prefiere centrarse en la atracción que va surgiendo poco a poco y nos deja con la miel en los labios. Y cuando, por fin vamos a ver fuegos artificiales, decide contarnos los preliminares y pequeños datos sueltos, poco más. No, no los vamos a ver dándole a las caderas como conejos. La verdad es que me hubiera gustado ver algo de chicha en este aspecto porque se ve que deben hacer fuego a base de frotamiento cosa fina...


Allá que vamos mi glamour y mi antorcha

Bueno, tampoco vamos a sacar las antorchas por eso (ejem...) pero ma ha parecido que se centra demasiado en la mala leche que se gastan mutuamente y le falta más desarrollo en la parte sentimental, lo que tal vez le hubiera valido un Gandy más. Realmente el libro no tiene nada especial. Está narrado en tercera persona y alternando los puntos de vista (cosa muy necesaria para que no te caigan como una patada en los diamantes los protagonistas). J.D. es el más difícil de querer porque al principio es un petardo, pero ahí está la capacidad de la escritora para hacer que acabemos enamoradas de él (bueno, como debe ser en un libro romántico, porque si no acabas adorando al protagonista, mal vamos). El libro está escrito de un modo sencillo pero es muy divertido, te lo pasas tan bien leyendo que si te descuidas te lo terminas en un día. Lo que más me ha costado es meterme en el mundillo en el que se desarrolla pero poco a poco ha ido resurgiendo en mí la fan de La ley de Los Ángeles que llevo dentro y ha ido todo rodado (salvo por los dichosos términos legales, ver muchas series de abogados no te da la carrera de Derecho ni el superpoder de entender los bufetes de abogados americanos). ¡Pero todo da igual cuando surgen las referencias a Orgullo y prejuicio y su incontestable poder para darte vía libre a la cama de una churri!


¡Orgullo y prejuicio! Vamos p'al catre

En fin, que yo creo que habéis podido ver que este libro ha sido muy refrescante para mí, un descanso lector en medio de dramas enagüiles y mieditos paranormales. Si buscáis una lectura sencilla, muy divertida y con su puntito sentimental, no dejés de echarle un ojo a Practice makes perfect. Os quedaréis con la sonrisa en la boca un buen ratito.

Por todo esto le damos a este libro en nuestro Gandymetro...


3'5. J.D., a ver si me metes un pleito y me dejas las demandas temblando


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martes, 21 de marzo de 2017

Todo por un beso (Serie Canallas 4), Loretta Chase


Lydia Grenville es la autora de un exitoso folletín de aventuras. Vere Mallory, el Duque de Ainswood, hace honor a su estirpe y cultiva una fama de hombre disipado. Lydia ha iniciado una campaña en prensa contra el auge de la prostitución en Londres, y cuando Vere la conoce no puede evitar enamorarse perdidamente, aunque intente disfrazarlo de simple lujuria. Entre ambos nace una chispeante justa amorosa mientras a sus espaldas se cierne la amenaza de un enemigo secreto.


Os podría decir que ya tenía yo ganas de pillar este libro pero sería más falso que el diamante que me regaló mi tercer ex. Yo el que tenía ganas de leer era el anterior, Abandonada a tus caricias y, cuando lo leí, pues a otra cosa mariposa, ni caso a éste. Pero me quedó el "come come" de no tener la serie completa y de repente me vi leyendo una novela corta que hay tras la historia de Dain y Jess (La novia del conde loco) y volví a caer bajo el influjo de estas enaguas. Total, que me puse a leer este libro y a indignarme al ver que lo han titulado Todo por un beso cuando se llama The last hellion (El último demonio). ¡WTF supremo con estas traducciones! Además que da una imagen errónea de lo que vamos a leer, porque tú te imaginas unas enaguas dulces y bailongas y realmente nos encontramos con tremendo demonio...


Y es que con este movimiento no queda f(p)ruta con enagua puesta

Porque Vere Mallory es un verdadero demonio. Es el colmo del noble disoluto, lo tiene todo: mujeriego, pendenciero, borrachuzo... Iba camino de terminar la vida rápido y sin dejar huella si no llega a ser porque la muerte, a la que ciertamente debería estar ya acostumbrado, le regala el título de Duque de Ainswood, al que hace honor como mejor sabe: desatendiendo sus obligaciones, bebiendo y zorreando todo lo que puede y poco más. Y en uno de sus paseos por Londres tiene la gran desgracia de cruzarse con Lydia Grenville, una periodista y escritora de folletines cuya mayor obsesión es luchar contra la prostitución y, en concreto, evitar que una japuta que tiene localizada secuestre jóvenes inocentes y abuse de ellas, las prostituya... Efectivamente, queridas, a pesar de tener duque palote, estas enaguas no son de bailes y morreacos en el jardín, son de bajos fondos, de tabernas ruidosas, de traumados y de mujeres con ovarios tan grandes como las campanas de la catedral de Santiago. 


Adoramos a los duques palote y a las mujeres con enaguas de acero

Y es que desde el principio se ve aquí que la normalidad debió salir por la puerta el día que Loretta Chase se puso a escribir esta novela. Menudo arranque tiene, que te dan ganas de salir por la ventana tú también. Normal que Vere le dé al bebercio después de enterrar a media familia en diez años... ¡Además resulta que es amigo de Dain y ya lo conocíamos! Aunque, bueno, liarse a hostias con él no habla muy bien del tipo de amistad que tienen, ejem. Y Lydia, desde su primera aparición, ya nos hace ver que no es para nada la damisela habitual de un libro de enaguas. Ella no entiende de nobles ni de bailes, entiende de destapar las injusticias del mundo a través de su labor periodística, de tener como bff a una prostifruta, de desayunar con las lindezas que te brindan sus competidores. Por supuesto, el hecho de ser una mujer trabajadora, independiente y soltera hace de Lydia el blanco de críticas pero ella se lo pasa todo por el forro de las enaguas, está preparada para eso y más. Pero nada la prepara para Vere y, sobre todo, para su insistencia. Y es que Vere la conoce y le coge una manía tan intensa que únicamente puede terminar en palotismo extremo.


Arrímate, Lydia, que vamos a hacer fuego por frotamiento

Ay queridas, es que para Vere no hay nada más tentador que Lydia, una gigantona (¡es altísima!) a la que no impresiona que él sea noble, que le dobla el lomo a las mínimas de cambio y que tiene un comportamiento tan misterioso que es una invitación a perseguirla por todo Londres. Pero sin dejar de odiarla, claro está, qué clase de hombre sería si no le tuviera tirria a una mujer (género al que considera inferior e inútil -salvo para el supremo arte del folletisco-) que no le muestra respeto y que le imita y ridiculiza. Vere, por supuesto, tampoco se queda corto y le reserva apelativos tan cariñosos como Sucio Ataque por Sorpresa Grenville, Iván el Terrible Grenville, señora Melodramática, Reina Gitana y Dragona, entre otras lindezas. ¡Que no nos falten los duelos dialécticos de alta calidadY es que Lydia y Vere son una pareja tremenda. Mientras se odian y tienen batallas de intelecto, también tienen batallas guarreriles porque, claro, dos personas que hablan tan claramente y que son como el agua y el aceite únicamente podían terminar rellenos como un pavo de tensión sexual y perdiendo la cordura hasta el punto de que Vere...


Ay, qué boca tengo. ¡Mejor lo leéis!

He disfrutado mucho con este libro, queridas (al menos con los dos primeros tercios), en la parte en la que he hecho la croqueta me iba sorprendiendo gratamente cada vez un poco más. Y es que, salvo por el hecho de que tenían que liarse y de que yo iba a morir de los fuegos internos que Vere me provocaba, no tenía ni idea de por dónde iba a ir esta novela. Loretta Chase escribe de un modo que yo adoro, es una de esas escritoras que, cada vez que intento leerla en inglés, me hace sudar tinta china con su lenguaje. Sus personajes no son idiotas (salvo Bertie) ni son blandengues ni marean la perdiz mil veces. Nos da estupendas secuencias de tensión sexual y de guarrerismo pero narradas con gran gusto (chorreos free, querida Cassie). Además, aprovecha la novela para mostrarnos la parte sucia que los bailes de enaguas nos ocultan y para realizar una apasionada defensa de la libertad de la mujer oponiéndose a la dominación masculina de la época. Y para rematar la faena, Loretta Chase ha hecho un doble tirabuzón cardado con esta novela, relacionándola no sólo con Abandonada a tus caricias (Dain tiene aquí bastante importanciakjsadkfhasgkjshfjkhf) sino también con Cautivos en la noche, la segunda novela de la serie y que a mí me pareció una castaña pilonga. ¡Con lo que me gustan a mí estas referencias cruzadas! Y tan alegremente estaba yo con esta novela hasta que he enfilado el último tercio y...


Recreación de esta lectura. Ninguna Kim ha resultado herida

Ay, no podía ser todo tan perfecto. No es que al final se estropee tanto la novela que haya que tirarla por la ventana pero sí se convierte en otra cosa, más interesante para los personajes pero que a nosotras nos deja Fantasmiko (heladas, vamos) El tema importante (para nosotras) ya se ha resuelto, el importante (para ellos) nos la pela lo hace rápidamente y hay varios capítulos destinados a terminar de atar cabos que parecen un largo epílogo (luego el epílogo de verdad es extremadamente breve y adorable -dicho esto por una rancia a la que no le hacen especial gracia los epílogos-). Y es una pena porque si la novela se hubiera quedado en la parte anterior y un par de capítulos más para explicarnos lo que al final nos cuenta habría sido estupendísima. Aún así, el bajón final no me quita la croqueta lectora previa ni la sonrisa de pava que se me queda cada vez que Vere deja de hacer el capullo y nos enseña lo adorafollable que puede ser o cada vez que Lydia se planta y es la estrella del libro (sin mencionar que la aparición de lord Belcebú me ha vuelto el corsé varias veces del revés).

Todo por un beso es un fantástico broche final a una serie irregular, cuyos dos primeros libros no tienen apenas parecido a los dos últimos, que son de una altísima calidad y me han proporcionado soberbios momentos lectores. Es un libro ágil, entretenido, algo duro, algo triste, con alguna parte mñe pero al final una buena lectura y un pequeño regalo para las fans de la serie. 

Por todo esto, le damos en nuestro Gandymetro...

Vere, si tu demonio necesita dama, que se pase por mi cama


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martes, 14 de marzo de 2017

Ríndete, amor mío (Familia Haardrad - Vikingos 3), Johanna Lindsey


En plena Edad Media, los pueblos germanos viven en continuo estado de guerra. Lord Seling Haardrad, un guerrero vikingo de increíble valentía y belleza, es herido y dado por muerto durante una batalla contra los sajones. Tras ser rescatado por una ladrona de cadáveres que le dispensan los primeros cuidados, el ejercito de lores de Granwood lo toma como prisionero. Ya en la fortaleza, y sin haber recuperado de todo la conciencia, es interrogado por Lady Erika, una joven de exquisita belleza y cabellos de color miel, que lo confunde con un espía Sajón. Sin piedad ante el presunto enemigo, tras un interrogatorio en el que Seling responde absurda y provocativamente. A causa de los delirios que le provoca la fiebre, Erika ordena que le azoten. En las mazmorras, colgado de cadenas, el guerrero vikingo se consume de fiebre y dolor. Sólo la idea de venganza le reconforta. La dureza de Erika podría tener consecuencias inimaginables, pues el odio, pero también el amor y la pasión, enredaran a ambos en un juego tan emocionante como extremadamente peligroso.
Goodreads ❤  Amazon


Las pasadas Navidades recibí este libro como presente de parte de mi querida @thewindlady, autora de romántica histórica a la que deberíais echar un vistazo, pues ya tiene tres novelas en su haber y seguro que otra viene en camino. El caso es que, ante semejante portada, una haggard no puede quedarse indiferente. Harta de Photoshop y montajes horribles con los guapos de turno, es hora de reivindicar estas covers artísticas y tremendas que, por otra parte, son muy respetuosas a la hora de retratar a los protagonistas de las novelas, aunque el 99% de los maromos sean el inefable Fabio Lanzoni (te queremos, Fabio, y lo sabes).


Gracias, querido 

Pero no nos vayamos por las ramas. Estamos ante una novela de Johanna Lindsey. Ya sabéis, queridas, que siempre que comienzo a leer una obra de esta autora, una de mis cejas se levanta al preguntarme qué hallaré tras esa portada de alto voltaje, porque lo mismo es un porro supremo que una maravilla o una cosa que le pilló en plena rehabilitación para dejar la hierba y se quedó a medio camino entre lo infame y lo croquetil. 



Teniendo en cuenta que este libro es el tercero de una saga que consta de títulos como Fuegos de invierno  y Corazones en llamas, en cuyas páginas podemos leer eso que tanto odio como es la violación (en el primero se da), temía lo peor, y más viendo la época y el argumento. Que una está curtida en vikingos, pero a mí que no me vengan con mierdas de este tipo porque NEIN. Gracias a Odín, no será la cosa de esa cuerda.

¡Menos mal que no tengo que quemar el libro!

Estamos en la época del rey Alfred (poco después de cuando sucede Vikings, para que os centréis). Inglaterra es un pisto de reinos y de pueblos y ahí se mezclan anglos, sajones, celtas, daneses... de todo. Menudo follón para entenderse entre ellos, porque no todos dominan cada idioma y lo mismo te hablan en sajón que en danés o en noruego. Además, existen rencillas relacionadas con invasiones pretéritas a pesar de los tratados y pactos para pacificar aquello. Un pifostio que no envidio nada a los estudiantes de Historia Medieval de allí. 

"Y entonces Wessex pasó a manos de los daneses y..."

Esta saga de novelas se inicia con Fuegos de invierno y la historia de Brenna, una celta con muchos ovarios que terminó casándose con el vikingo que la esclavizó, porque parece ser que fue ella la que lo puso a sus pies. Leo que Brenna se crió como un varón y es diestra en todas las artes de la lucha y eso ha transmitido a su hija Kristen, la protagonista de Corazones en llamas, una especie de Lagertha con ganas de pelea siempre que se presente. 

¡Que te he dicho que no me pises lo fregao!

En general, las tramas van todas de lo mismo: mujeres que son sometidas a varones que odian y que las odian, surgiendo finalmente el amor, y Ríndete amor mío no es una excepción salvo en que aquí la chica no es parte de la familia, sino que es él, Selig, el miembro de los Haardrad. Selig es un chulazo de pelo oscuro gracias a su madre celta, altísimo, guapísimo, musculadísimo y, sobre todo, dispuestísimo a dar amol a toda fémina que lo necesite. Por donde pasa caen todas rendidas y él las complace porque es así de generoso.



En una misión diplomática para el rey Alfred, cae en una emboscada y es herido y dado por muerto. Rescatado por dos ladronas de cadáveres y tratado por una de ellas, no llega a recuperar el conocimiento y es al final abandonado lejos de donde lo atacaron. Al haber sufrido un buen golpe en la cabeza, despierta confuso y desorientado, y llega a una fortaleza, donde mora un tal señor de Gronwood, en cuya ausencia gobierna su hermana, Erika. Como él no da pie con bola y no explica con claridad su presencia allí, lo toman por espía, cuando lo que Selig pide es ayuda. En su estilo vikingo, le suelta a Erika que, si lo auxilia, le pagará con su boa y ella, que no es cualquiera, sino hija de un jarl, se indigna y manda que lo castiguen a latigazos


Ven p'acá, moreno

El encargado de hacerlo es un malo malísimo a lo Jack Randall y se pasa de la raya, dándole caña a Selig antes de que Erika pueda avisar de que no lo haga, que no era la cosa para tanto. Las tornas cambian cuando se presenta allí Kristen con sus hombres y reclama a su hermano, llevándose de rehén a Erika. Ahora Selig sólo tiene ganas de vengarse por cómo fue tratado en la persona de la joven. Ya os podéis imaginar qué va a pasar a partir de aquí: a Erika se le convierte en esclava y Selig la intenta humillar colocándole unas cadenas que ríete tú del Grey y sus mierdas de sadomasoquismo de salón, y obligándola a llamarlo "amo" sin contrato de por medio.

Al menos Selig está buenorro...

Pero es incapaz de hacerle daño porque, como he dicho más arriba, él nació para dar placer a las mujeres. La verdad es que se agradece que no haya violencia, que sería lo más normal por la época y las circunstancias, pero falta algo que sí encontré en Ángel de plata: la seducción. Es cierto que aquí Selig odia a Erika porque la cree fría y cruel, así que no es que tenga que intentar llevarla a su terreno. Pero su relación no cuaja, es sólo algo físico en principio, porque ella es guapísima y blablabá y él, como amante de la belleza femenina, termina rendido a sus pies. Que sí, que también le atrae la personalidad de ella, pero no hay chispa. Erika, por su parte, se siente culpable por lo que le hicieron a Selig y casi acepta su destino, aunque le hace prometer que no la tocará después de que se pacte el matrimonio entre ambos. ¿Se resistirá nuestro machote a esta promesa? 



¿Qué es lo mejor que tiene esta novela? Que Johanna Lindsey ha sido capaz de evolucionar desde una primera entrega de la saga, con todos esos componentes viejunos de violaciones, y llegar a una tercera parte donde la protagonista no cae rendida tras ser forzada y pidiendo que le den más, como La novia cautiva. También que sus mujeres tengan carácter, se enfrenten a sus parejas (caso de Brenna y Kristen sobre todo) y lo hagan sin esos griteríos que sabéis que me enferman, sino con ironía. Y son guerreras de verdad, sin tonterías ni pichoteces ridículas dignas de un equilibrista de circo. También es de agradecer que despache la historia en apenas trescientas páginas, ahorrándonos tiempo en paja insufrible.




En cuanto a lo peor, la falta de una verdadera tensión sexual no resuelta, no me ha hecho estar comiéndome las uñas esperando a que llegue el gran momento y, cuando por fin ha llegado (página 243 de 301, ojo) tampoco ha sido para morirse, aunque al menos ha sido fina narrando la escena. Parece que le aumentaron tanto la medicación que se pasaron. Hay algún amago de ñadjfañskdjgañskdfp previo, pero no termina de funcionar, como sí lo hizo, por ejemplo, el momento picnic de Una dulce enemistad. Por otra parte, la historia no romántica nunca suele estar demasiado desarrollada y salen personajes que piensan por sí mismos y luego no tienen mucha trascendencia en la trama. Y lo peor de todo: que salgan dos tíos llamados Ragnar e Ivarr. ARG.



Una novela un tanto fallida para mi gusto, pero que se deja leer, entretiene y poco más, típica y tópica. Por todo ello le damos en nuestro Gandymetro...


Selig, no hace falta que me invadas


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martes, 7 de marzo de 2017

El diablo en primavera (The Ravenels 3), Lisa Kleypas


La mayoría de las debutantes sueña con encontrar marido pero Lady Pandora Ravenel tiene otros planes. La joven y bella prefiere estar en casa y planificar su negocio de juegos de mesa antes que participar en la temporada de Londres. Pero una noche en un baile se ve envuelta en un escándalo con un desconocido extremadamente guapo...Tras años de evitar fácilmente las trampas matrimoniales, Gabriel, Lord. St. Vincent, finalmente ha sido cazado por una chica rebelde que no puede ser menos adecuada. De hecho, no quiere nada con él. Pero Gabriel encuentra a la entusiasta Pandora irresistible y hará todo lo que sea necesario para tenerla, incluso casarse con ella...


Os escribo bajo los efectos tranquilizantes de los copazos que me he tenido que tomar para poder abrir el kindelito sin que me temblara el pulso y leer como una persona normal (si es que alguna vez puedo pasar por una de ellas) este libro de Lisa Kleypas. Y es que una tiene un temple de acero a la hora de enfrentarse a maromazos pero nada me había preparado para leer un libro sobre el primogénito de uno de mis mayores amores literarios, Sebastian St. Vincent, el protagonista de mi venerada El diablo en invierno. ¿Qué habrá escrito la Kleypas? ¡Ojo cuidao que la sombra de Sebastian es muy larga *tan larga como su cola* y escribir sobre su hijo tiene más peligro que un mono con dos pistolas! ¿Le habrá salido bien el experimento? ¿Ordenaré este noche sandwichito St. Vincent a la plancha para cenar?


Y por plancha me refiero a "tirarme en" sobre ellos

Ya conocemos de sobra a Pandora Ravenel, la melliza rebelde de la familia, la que no sigue las convenciones, quiere ser independiente y crear juegos de mesa. Desde luego en sus planes de futuro no contempla pillar marido, a pesar de que tiene que participar en la temporada de Londres cuyo único fin es precisamente ése. Pero ella prefiere pasar por ser una florero y no tener que relacionarse con nadie. Una pena que un sofá y una serie de desdichados acontecimientos se crucen por su camino y se vea irremediablemente comprometida... sin haber hecho nada. Claro que si el que te compromete es el bellísimo rubio Gabriel Challon, Lord St. Vincent, el panorama cambia bastante, ¿verdad?


Allá va Pandora con su respuesta

[Por cierto, inserto por aquí caras de 😲 porque el día que la Kleypas dijo que Sebastian se apellidaba Challon debí estar borracha de amor por él y ni me enteré...]


Y es que mientras que a nosotras nos faltaría tiempo para correr a los brazos de Gabriel gritándole "Sí, quieroooooooooooooooooooooooo", Pandora huye de él casi como de la peste. ¿Qué es eso de tener que casarte porque te has caído de cabeza en un sofá y el rubiales pasaba por allí? ¡Que una tiene sus planes de vida, su incipiente negocio! Todo esto que nosotras vemos tan lógico era totalmente marciano en aquella época, en la que una mujer casada era un apéndice mucho menos valioso que la 🐍 para el hombre y la sociedad. St. Vincent sí cree en los derechos individuales de las mujeres gracias a la estupenda educación que le han dado sus padres (Sebastian *jkfdhakjhfakjshfkja* y Evie 😍) pero su honor no le permite que Pandora sea repudiada por la sociedad por su no-acto, así que es capaz de dejarse echar el lazo que tan sabiamente ha sabido eludir y convertirse en su marido. El problema es convencerla a ella...


Inténtalo si te atreves, chato

Y a partir de aquí nos dedicamos a ver a Gabriel en todo su esplendor intentando un breve cortejo con el fin de conseguir a Pandora. Para ello Lisa Kleypas decide que Gabriel intente conquistar a la moza en el idílico lugar de residencia de sus padres, donde podemos conocer a sus hermanos y hacer la croqueta con su padre Sebastian, actual Duque de Kingston, y con Evie. Los guiños a las Wallflowers están desperdigados por el libro, especialmente en la primera parte, donde no hay drama ni malentendidos y sí muchos momentos 😍😍😍😍. La verdad es que Lisa Kleypas ha tenido un par de ovarios al hacer un libro del hijo de Sebastian ya que la sombra de éste es larga, tan larga como su cola, pero ha sabido contar la historia de tal modo que podamos disfrutar de Gabriel sin tener constantemente al padre en la mente (a ver, que yo lo tengo siempre pero you know what I mean). Y es que Gabriel es la mezcla perfecta de las mejores cosas de sus padres. Tiene el encanto, la belleza y la sorna de su padre y la educación y el gran corazón de su madrePuede que a Pandora no la conquiste pero a mí me tiene bien pillada desde su primera aparición #KimBragaFácil.


¡Hacia Gabriel vamos!

Pandora ya me tenía conquistada desde los libros anteriores. Además de ser una chica peculiar, sin equilibrio e inventora de palabras, es una mujer que quiere ser valorada por ella misma y no como una parte más de su marido. Mucha gente se queja de que Pandora es una intensa pero para mí es una chica muy viva que demasiado bien está teniendo en cuenta cómo ha sido criada y que descubre el mundo con mucho entusiasmo (entusiasmo que aplica al morrete de Gabrielñahfdkñjñkshf). Me ha dado un poco de penita que parte de ese carácter se haya acabado diluyendo en la parte final. Esperaba más conflicto precisamente porque su modo de pensar choca con el de Gabriel pero, cuando las circunstancias de los personajes cambian, el libro no va por los derroteros que había imaginado. Nos metemos de repente en una trama nueva que nos descoloca, llega el cataclismo final kleypasiano y chimpún, se termina el libro 😲 mientras aún estamos tratando de asimilar que lo que empezó como un nadismo enagüil se ha convertido en cero coma en una novela de intriga y dolor de barriga. No sé, unas paginillas más (¡porque este libro es muy breve!) para que se nos mezcle bien esta parte con el resto de la historia eran necesarias, Lisa Kleypas. Que sí, que ya sé que era necesario para que este libro fuera un puzzle con el siguiente, que ya nos conocemos mucho, chata. Y es que historia de amor secundaria no habrá, pero personajes secundarios con potencial... El resto de hijos de Sebastian, la doctora Gibson, uno nuevo al estilo Merripen *¡que son los nuevos Hathaways, que siempre os lo digo!*, otro que a ver qué oculta... 


¡Así vamos a decubrir lo que escondes!

Es un libro bastante nadista, dos tercios los dedicamos a la relación entre Pandora y Gabriel. Eso sí, ya quisiéramos que todos los nadismos fueran con éste, que te entretiene tanto y se lee de un modo tan fácil que o te contienes como he hecho yo o te lo zampas en una tarde (lo que también es normal, con lo breve que es...). Poco hay que contar sobre lo bien escrito que está, a estas alturas de la película ya conocemos de sobra lo maestra que es la Kleypas. Aquí decide llenar todo el libro de humor, con lo que los momentos entre Pandora y Gabriel son divertidos y realmente encantadores (y tienen alguna conversación de llorar de la risa). Eso sí, no tenemos polvos a tutiplén como en Casarse con él (¡que tampoco eran tantos, exageradas! 😝). En este sentido creo que os va a contentar a todas, hay poco guarrerismo, está estupendamente dosificado y muy bien narrado. Y como te lo estás pasando tan bien leyendo no necesitas que estén dándole al fornicio cada dos por tres (pero que, si hay que darle, se le da, eh, no os cortéis por mí 😁). Además, como es habitual en Kleypas, nos encontramos perfectamente integrados en la historia esos detalles sobre la sociedad que a mí tanto me gustan. Aquí sobre todo se incide en el nulo papel de la mujer en la época, que perdía los pocos derechos que tenía cuando se casaba. Por si no lo sabéis, Lisa Kleypas se inspiró para crear a Pandora en Elizabeth Magie, la inventora del Monopoly, y nos podemos hacer una ligera idea de lo que tuvo que pelear la mujer por salirse con la suya. A partir de Casarse con él estos libros están adquiriendo un tono reivindicativo y feminista a través de personajes femeninos fuertes y autosuficientes, como Pandora y la doctora Garrett Gibson (que será la protagonista de la siguiente entrega). Puede que esta época no sea tan croquetil como la anterior pero personalmente la encuentro más fascinante y tengo que adorar la maestría de Lisa Kleypas a la hora de hacernos ver los avances y la lucha de la mujer a lo largo de la Historia. ¡Qué hubiera sido de nosotras si ellas no se hubieran dejado las enaguas y los corsés en la lucha! 💪💪💪💪💪💪💪 Eso sí, yo me lo he pasado muy bien pero no lo suficiente como para que se merezca los cinco Gandys.


Me dejas de pasta de boniato, así te lo digo

Me he divertido mucho pero no es el mejor libro de la Kleypas (aunque sí el mejor de esta serie -ya sé que al anterior le di más pero mis hormonas toman posesión de las teclas cuando estoy hablando de Rhys-). No es que haya cosas en el libro que hagan que me dé vueltas la cabeza cual niña poseída pero sí son detallitos que han hecho que la lectura no haya sido del todo redonda. El interés de Gabriel por Pandora ha sido excesivamente repentino, me habría parecido todo más natural si se le hubiera encendido la boa la bombilla cuando la relación entre ellos estuviera más avanzada. Porque además Gabriel no es de disparar con su rifle -IYKWIM- y luego preguntar, ése era más el estilo de su padre. El hijo es un personaje tan maravilloso y perfecto que resulta poco interesante, es un personaje más simple y plano, le falta esa deliciosa maldad de Sebastian (aunque Sebastian ya tenía maldad de sobra para él, su hijo y cuatro generaciones más 😏👯💦). Y, como os he dicho, me ha faltado drama entre los protagonistas motivado por las ansias de independencia de Pandora, me he quedado con las ganas de saber cómo se desarrolla todo lo del juego. El drama viene por otro lado y aquí no rechazamos el drama cuando viene a nuestra cama (lectoramente hablando) pero estaba tan bien encaminado a lo del juego que el giro final parece muy precipitado para el pisto que nos cuenta. Claro, que ese pisto no nos disgusta porque sospechamos que va a ser importante en el siguiente libro...


Y ya os vuelvo a tener pilladas #IAmTheQueen

Devil in spring ha sido una lectura muy bonita, de las que te deja con la sonrisilla en la boca. Con dos partes claramente diferenciadas, es divertida, muy amena y fluida. En la parte final ya se complica más la cosa y Lisa Kleypas nos mete drama y trama a toda velocidad, lo que baja un poco el tono croquetil. Aún así, ha sido una lectura de lo más deliciosa. Dicho esto, me voy a releer El diablo en invierno porque ais, Sebastian... 😍😍😍😍😍😍😍😍😍

Y teniendo en cuenta que al prólogo le doy cinco Gandys, el resto del libro se lleva en nuestro Gandymetro...

Gabriel, trae tu diablillo que ya le saco brillo 😏


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
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