martes, 26 de septiembre de 2017

El señor de la guerra (Montagues 1), Elizabeth Elliott


Lady Tess anhelaba volver a su hogar, el Castillo de Remmington, del que fue desterrada por su cruel padrastro. Lo que no podía prever es que el precio sería casarse con el más temible guerrero de toda Inglaterra. Fingiendo aceptar los planes de su tío y del propio rey, accede al matrimonio, pero su verdadero plan es escaparse e ingresar en un convento. De esa manera, intenta conseguir la paz. Sin embargo, sus planes se ven frustrados por algo que nunca hubiera imaginado: Se ha enamorado irremisiblemente de su esposo.
Kenric de Montague es un poderoso guerrero marcado por la guerra y el oscuro secreto de su nacimiento. No desea casarse con nadie, pero cuando se ve unido para siempre con Tess de Remmington, descubre que su duro corazón no es tan impenetrable como él creía. Cuando las circunstancias amenazan con separarlos, arriesgará su vida para salvar a la única mujer capaz de capturar su alma.


Cuando hicimos la selección de los libros que iban a componer el Reto Rita, aproveché para incluir éste porque llevaba años queriendo leerlo por la misma historia de siempre, que los comentarios de los demás te ponen los dientes largos y tú tienes que leer ese libro sí o sí. Vale, pues ya lo he leído. Y, queridas mías, ésta será una opinión impopular porque no me ha gustado nada.


¿¿Por qué se me destrozan las ilusiones lectoras??

Como muchas otras decepciones que me he llevado, comienza de una premisa interesante. Lady Tess quiere recuperar Remmington, el castillo y las tierras que, por derecho, pertenecen a su familia y que su padrastro posee tras haberlas logrado con perversos ardides. Para recuperarlas (y, de paso, que deje de maltratarla) Tess huye y acaba casada con el temible guerrero Kenric de Montague, el Carnicero de Gales. Teniendo como marido a alguien con un sobrenombre tan tranquilizador, Tess se da cuenta de que es imposible recuperar su castillo sin derramamiento de sangre y decide escapar en cuanto pueda para irse a un convento, a pesar de que siente cositas por Kenric y de que éste la mira con ojos golosones y blablabla, me freno porque veo que os cuento en un párrafo todo lo que pasa en el libro y ni me doy cuenta. Sí, así de fácil se resume lo que pasa en el libro, en un párrafo. Elizabeth Elliott, sin embargo, decide soltarnos cuatrocientas páginas de rollo para contarnos lo mismo.


Vivan los libros ligeritos...

"Algo más pasará, Kim". Sí, claro, algo pasa, otra cosa es que tú lo vivas con ellos ya que gran parte de las cosas que ocurren las conoces porque te las cuentan a toro pasado ("anda, mira, fíjate lo que ha pasado en esta semana que no me ha salido del xixi narrarte en tiempo real, ahora te voy a contar que pasó esto: blablablabla"). ¿Qué necesidad había? Pues chicas, ni fruta idea, porque para acabar diciéndome igualmente lo que hace Tess en Montague, ¿por qué no me lo cuentas en su momento? La vida en el castillo, lo duro que debe ser para Tess estar allí, cómo intenta que la traten como la señora que ahora es, la relación con su cuñada, ¡cuéntame eso cuando pasa, no después! Yo creo que es que ni a la escritora le interesa lo que rodea a los personajes salvo una cosa: que le den al trocotróY le dan a trocotró con fruición y abundantemente, aunque Elizabeth Elliott nos evita las descripciones innecesarias y se queda todo como bonito y con aire viejuno. Una pena que tres cuartas partes de estas secuencias no sirvan para nada salvo para rellenar páginas. Y, bueno, libros con rollo llevamos unos cuantos entre pechotes y espalda (menudos tochos nos suelta la Gabaldon y nos los metemos doblados) pero si al menos conectas con los personajes, tú te lees hasta la Biblia. Pero, en este caso, NO.

Esto no mejora ni leyendo borracha

Los personajes son planos por completo y tienen la misma química como pareja que dos tapones de corcho. No sé cuál de los dos me ha parecido más tonto. Entiendo que te casas con un desconocido y te tienes que agarrar los machos ante lo que se te puede venir encima (que en el caso de Tess es un buenorrazo, grrrrr). Entiendo más que si te pican los bajos pero te da miedito le des vueltas a la cabeza pero esa lucha interna de sentimientos, tan típica de los "enemigos que se fo**an vivos" y que es una absoluta delicia en libros como Un reino de ensueño, aquí está tan mal lograda que los personajes parecen bipolares. Iba a deciros que especialmente esto se ve en Kenric (que bebe los vientos por ella cree que es una bruja pero madre mía hay que ver qué guapa es pero te encierro en una habitación) pero es que Tess también tiene lo suyo (que si "ay cómo me derrito con ese hombre que me dice que me va a proteger pero es que luego él se da la vuelta y a ver si va a ser todo mentira y además por mi culpa va a haber una masacre pero ay qué bien estoy entre sus varoniles brazos"). Y así toooooooooooooodo el tiempo, qué cansinidad de personajes, me daban tantas vueltas los ojos que parecían una peonza.


Como Blair pero con humo saliendo de las orejas

Creo que se nota bastante que no he logrado conectar nada con el libro. No es que me haya parecido digno de un Gandy por ser insufrible (ya se llevan ese honor otros) sino porque me ha parecido un coñazo de tomo y lomo y lo que me contaba ha acabado por no interesarme nada. Pero vamos a ver, ¡si la protagonista tiene sueños premonitorios! Claro, por eso nada más conocer a Kenric se le desbloquean los bajos, porque ya lo había visto. Yo no me puedo tomar en serio esto. Lo hace la Moning y me lo zampo porque casi todo lo que escribe es como de cuchufleta pero, si vas de serio, o metes el elemento paranormal muy bien o te da la risa floja. Además, el gran motivo porculista de Tess es escapar de su marido (ése que le pone las copas del sujetador por las orejas con su mera presencia y con el que está más a gusto que un arbusto) para evitar una guerra que se va a dar de todos modos porque, ¡jelou!, estamos en la Edad Media y, si a ti te birlan a la novia, tú vas con cien cañones por banda tu ejército a tirarle al ladrón flechas, piedras y cabras, si es necesario. Ojo que Tess es hija de un barón y se supone que, aunque es la Edad Media y las mujeres pintan nada y menos, al menos sí sabrá cómo funciona el cotarro medieval, ¿no? Pero, oh, wait, que aquí los malos tampoco mueven mucho el culo por recuperar lo que supuestamente es de ellos...


Si lo resuelven jugando al mus me lo creo más

En fin, que El señor de la guerra es un libro simplón, pueril y aburrido, una historia que, partiendo de una premisa interesante, se desarrolla mal y sin interés alguno. Te dejan el libro preparado para continuar leyendo la serie pero, querida señora Elliott, espéreme usted sentada que a mí no me vuelve a engañar. 

[Con el jurado de los Rita voy a tener que hablar yo...]

Por todo esto le damos en el Gandymetro...

Kenric, aleja de mí tu mandoble


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

martes, 19 de septiembre de 2017

Into the hollow (Experiment in Terror 6), Karina Halle

[Libro no publicado en español]
Perry Palomino ha peleado contra sus demonios -ganando- pero la batalla está lejos de terminar. Ahora se encuentra rota y sola y ha dejado atrás su vida y a su familia en Portland para darles a Dex y a la serie Experiment in Terror una segunda oportunidad. Pero sus errores pasados siguen poniendo a prueba su relación, al igual que la salvaje y desolada tierra de las Montañas Rocosas de Canadá. Las nevadas cumbres y los voraces bosques esconden una leyenda urbana demasiado aterradora e increíble como para ser verdad y el único modo que nuestra pareja tiene para sobrevivir es que Perry deje entrar al hombre que la mandó al infierno... y de vuelta de él. 


¡Regresamos al miedito palote de Experiment in Terror! Bueno, lo de miedito lo decimos con mucha reticencia, visto lo poco que nos hemos acojonado. Y lo del palotismo... Bueno, en una serie tan larga en la que la relación se va forjando tan lentamente no se puede decir que nos rebocemos en él aunque desde luego aquí más guarrerismo que miedo. ¡Vamos a ver qué nos encontramos en esta entrega!

[Uf, ahora que nos ponemos a escribir sospechamos que cada vez nos van a salir las reseñas más breves y menos graciosas, queridas, ¡a ver qué os contamos si ya lo sabéis todo!]


Kim celebra no haber reseñado toda la serie junta

Perry y Dex unen fuerzas para irse de nuevo a Canadá a buscar lo más absurdo que se os ocurra y nosotras damos palmas con las orejas porque en ese país a nuestros protas se les ponen las hormonas a bailar una sardana. Claro que ahora Perry no tiene el cuerpo para muchas alegrías, debido al odio/resentimiento/tirria que siente hacia Dex (total y absolutamente merecidos, por cierto, aunque al menos hemos sabido gracias a The Dex Files lo que le pasó al muchacho por la cabeza en el final de Lying Season). En fin, que Karina Halle ha decidido que Perry y Dex vuelvan a compartir programa y viaje, esta vez buscando algo tan sumamente de ca*arte por la pata abajo como al Bigfoot.


Perdona, bonita pero WTF?!?

Efectivamente, más o menos como si te mandan a Eurodisney a buscar al fantasma de las bragas rotas, de miedo ausente total. Pero lógicamente yendo estos dos va a haber susto y va a haber bicho y tensión sexual y roce y reproches y momentos ajgfdjslsgadfjasjl.


¡Un bote, dos botes, vivan los refrotes!

Como prácticamente todos los libros de esta serie, hay dos partes que focalizan nuestro interés y lo hacen de modo desigual. Por un lado tenemos la parte relacionada con el misterio que persiguen, que a ellos les interesa una barbaridad y a nosotras, pues según el libro. En este libro ha estado la cosa tan tan pero tan interesante que en el sustómetro le damos...


Mira qué miedooooooooo...

Ha sido miedo nivel "el otro día vi una calabaza más grande que mi cabeza y eso sí me acojonó". Es que, de verdad, ¿a quién se le ocurre mandarlos a buscar al dichoso bicho? Anda que no habrá leyendas urbanas para escoger que nos meten una de lo más coñazo. Pues eso es lo que pasa, que no te interesa lo más mínimo. ¡Y encima no te llevas ni un triste susto ni nada! Un bluf total. Pero bueno, me ha dado igual porque si algo tengo claro en esta serie es que la leo por Dex y su relación con Perry. Y aquí de eso hemos tenido una buena dosis...


Drama y cama es lo que le gusta a esta dama

En este libro no necesitamos calentamiento (vamos, lo que siempre nos pasa con Dex...) y conectamos directamente con el final de On demon wings y de la novela corta The Dex Files (que os recomiendo leer), lo que nos permite sumergirnos de lleno en la historia de la pareja. A partir de ahí vamos recorriendo un camino lleno de altibajos al lado de Dex, que trata de reconquistar a Perry con su peculiar encanto y con una sinceridad aplastante, y de Perry, que trata de esquivar las ondas vitales de adorafollabilidad que Dex le lanza mientras intenta contrarrestar su creciente perraquismo hacia el maromo con eternas disquisiciones sobre la conveniencia o no de dejarse llevar. Os lo traduzco. Dex se pasa el libro siendo adorable y así 👇... 



...y Perry siendo algo pichote y así 👇.



Dex decide sacar su arsenal de adorafollabilidad para derretir a Perry (y a nosotras un poco más) y Perry nos muestra su lado más pichote. Efectivamente entendemos todo lo que le pasa por la cabeza con respecto a Dex (entendemos más aún lo que le pasa por el cuerpo...) pero, chica, si tan claro lo tienes, ¡no te dejes guiar por el xixi, que ya sabemos que lo carga el diablo! Reconozco que soy muy fan de este tipo de tensiones pero lo malo es extender ese tira y afloja demasiado, justo lo que pasa aquí. Me parece que hay otros recursos para mostrar la tensión de la pareja y la atracción que sienten pero volvemos a lo limitadita que me parece Karina Halle como escritora, es que me deja fría. Le alabo que me haya enganchado totalmente con un personaje como Dex (y con todo el pisto que se ha inventado entre él y Perry) pero en todo lo demás me parece una escritora del montón.


Así de claro te lo digo ahora que no me escuchas

Into the hollow me ha parecido un libro muy irregular, que ha mantenido mi interés en la relación Dex-Perry pero me ha aburrido en todo lo demás. Menos mal que con ese estupendo final y con el pequeño adelanto paranormal que la Halle nos ha colado entre las páginas del coñazo canadiense (y que sí nos interesa) estoy que no me aguanto las ganas de pillar el siguiente. Y eso tiene mucho mérito teniendo en cuenta el nivel general del libro.

Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...

3'5. Dex, I'm ready for your very Big🐍foot...


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

martes, 12 de septiembre de 2017

Y entonces él la besó (Solteronas 1), Laura Lee Guhrke


Desde que Emmaline Dove comenzó a trabajar como secretaria para el editor más importante de la ciudad, el vizconde de Marlowe, ha intentado que éste publique sus artículos. Pero descubre que Marlowe jamás ha leído sus escritos, y decide renunciar al puesto. Con su marcha, Emma deja el negocio sumido en el caos. Se merece una lección y Harry está dispuesto a dársela. Sin embargo, un solo beso de ella le desvela el fuego que arde tras la aparente frialdad de su secretaria.


Ay, queridas, a veces pierdo la fe en la lectura #MomentoConfesiones. Sí, soy así, me rebozo en la felicidad de tener tantas novelas que leer pero luego encadeno unas lecturas flojas y me dan ganas de refugiarme en las maravillosidades conocidas y no perder el tiempo en las demás. ¡Gracias a Dior que me pueden las ansias lectoras y no dejo de leer! Imaginad qué triste hubiera sido mi vida sin conocer los 5 Gandys que Harry tiene entre las piernas este libro tiene entre sus páginas...


¡No puedo perderme un 5Gandys, NO!

Emmaline Dove es solterona, treinteañera y la secretaria perfecta y Harry, Vizconde de Marlowe, lo sabe. A pesar de ser mujer, ha resultado ser extremadamente eficiente en su tarea, organizando el trabajo del periódico de Marlowe, su agenda e incluso a sus airadas ex-amantes. Y todo sin una mirada reprobatoria, sin levantamiento cejil y sin un suspiro de enamorada silenciosa. Y es que lo único que espera Emma de Harry es que lea sus escritos sobre normas de etiqueta y los publique. Pero cuando Harry le da la enésima negativa y demuestra que no ha mirado los textos de Emma ni para prenderles fuego, algo se apodera de Emma, algo desconocido para una chica tan recta y modosita como ella, algo que su tía Lydia desaprobaría fervientemente: la ira. Y con la ira llega un nuevo sentimiento: las ganas de mandar a tomar por *ulo librarse de la esclavitud de su trabajo. Qué alegría sentimos nosotras ante esa liberación y qué alegría siente Harry cuando ve que su mundo laboral y parte del personal van a la deriva...

Te mereces este regalito, Harry

Jur jur jur, ¡vivan las mujeres que demuestran a los hombres que pueden vivir sin ellos! (no olvidemos la época en la que se desarrolla este libro, la enagüil). Aquí es Harry el que tiene complicado vivir sin Emma, que poco a poco se ha convertido en la organizadora de su vida. Pero, ojo, eso no significa que de repente Harry se dé cuenta de que está enamorado de ella porque NO, aquí no hay un amor letárgico que de repente despierta a la vida. Emma ha visto cómo trata Harry a las mujeres y su interés por él es puramente laboral, al igual que el de Harry por Emma. De hecho, Harry ha pasado por un divorcio que ha afectado severamente a su imagen y a su familia, con lo que el máximo contacto que quiere tener con las mujeres es a través de su xixi. Y en ese mundo xixil no entran los bajos de Emma ni todo su entorno, al que Harry no ha dedicado más de medio segundo. Pero, ay, queridas, las solteronas de nuestros libros enagüiles siempre tienen joyitas bajo los corsés-que-no-han-catado-varón y, cuando Harry comience a echar un vistazo, nosotras empezaremos a ejercitar la endless croqueta porque el descubrimiento que hace Harry de la Emma oculta viene acompañado del despertar de Emma a los placeres de la vida, entre los que se incluyen que te coman el bombón con resultado 🔥🔥🔥.


Me pregunto si pasará lo mismo comiendo calabacines...

No las tenía todas conmigo tras mi primera experiencia algo mñe con Laura Lee y tal vez por eso haya disfrutado más de este libro, que me ha tenido con cara de pava y echando corazoncitos por las orejas casi desde que lo abrí hasta que lo cerré. Cuando ves que Emma es la secretaria de Harry automáticamente piensas que está enamorada de él y blablabla pero NO. La verdadera gracia del libro viene cuando Harry se ve más solo que la una en el trabajo y a la deriva sin ella, con lo que decide hacer lo que sea para que vuelva a trabajar con él. Y entonces ya piensas que "lo que sea" es hacer que se enamore a toda costa para poder manejarla y blablabla. PUES TAMPOCO. [Ay, que hago la croqueta recordándolo]. Harry es muy listo pero Emma también así que dos mentes privilegiadas saben que no merece la pena perder el tiempo en jueguecitos estúpidos y van con la verdad por delante, con lo que nos encontramos con una historia de amor que va surgiendo del respeto y descubrimiento mutuos, de la sinceridad y del humor. Emma sabe mucho de etiqueta pero nada de la vida y Harry encuentra un gran placer en descubrirle todo lo que se está perdiendo. Aquí la tensión sexual y el amor van surgiendo poco a poco, el palotismo se va incrementado y, sin apenas secuencias guarreriles, te encuentras dándole al abanico dentro de una tienda de bombones y no precisamente para evitar que éstos se derritan...


Kim leyendo este libro

Qué le vamos a hacer, dame amor, humor y un maromo que me ponga palote usando su lengua (y no precisamente en mis bajos) y te entrego mi cajón de las ligas. Este libro es únicamente una historia de amor, sin historia secundaria, sin malvados, sin raptos ni traumados. Es el perfecto libro "nadista pero poco", donde lo único importante es el amor entre Emma y Harry pero sin dejar de lado la sociedad en la que viven, que afecta directamente a sus acciones y de la que se nos dan muchísimos detalles (vemos mujeres trabajadoras, aristocracia venida a menos, hombres que ascienden a través de su trabajo, divorcios, preservativos de caucho..).


¡Mucho mejor que usarme a mí!

Es una justa mezcla entre Julia Quinn y Lisa Kleypas con toques de Gaelen Foley. Y escrito de un modo tan sencillo, perfectamente encadenado y fácil de leer que o te refrenas o te lo finiquitas en un día. Cada capítulo comienza con una cita, casi siempre escrita por uno de los protagonistas, que nos indica por dónde va a ir el capítulo que vamos a leer, cuya longitud es... Pues ni idea, a mí se me hicieron cortísimos pero probablemente no lo sean, who cares? ¡A mí me daba igual porque me faltaba libro de todo lo que estaba disfrutando! Emma es la verdadera protagonista, con la que compartimos más tiempo y con la que nos sentimos identificadas. De Harry conocemos lo justo y, aunque es mucho menos interesante que Emma, es el típico maromo que me vuelve la faja del revés, con su palotismo, su humor y su lengua conquistadora. He disfrutado muchísimo de todos sus momentos juntos (que son casi todo el libro, muajajajaja), con sus diálogos inteligentes y llenos de humor, con esa tensión sexual tan bien lograda y que culmina tarde pero de un modo soberbio. Eso sí, me han faltado algunas paginillas para poner el broche de oro a su amor.


¿La antiepílogos diciendo que necesita uno? ¡Me dejas loca, chica!

[De mi boca no han salido esas palabras]

En definitiva, queridas, Y entonces él la besó es un libro de enaguas nadistas prácticamente perfecto, con unos personajes inteligentes que actúan como tales, amor, humor y tensión sexual, guarrerismos de buen gusto y bien puestos y todo bien contado. ¿Qué más se le puede pedir? ¡Pues que no terminara!

Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...

Harry, yo también quiero que me comas el chocolate negro


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

martes, 5 de septiembre de 2017

Devil's Cut (The Bourbon Kings 3), J.R.Ward

[SPOILERS DE THE ANGELS' SHARE -¡incluso en la sinopsis!-]

[Libro no publicado en español]
En un primer momento la muerte de William Baldwine, cabeza de familia de los Bradford, fue calificada de suicidio pero más tarde su hijo mayor y declarado enemigo, Edward, confesó que había sido un asesinato. Encarcelado, Edward no sufre por la desintegración de su familia o su pérdida de libertad sino por la mujer que deja atrás. El amor de su vida, Sutton Smythe, es la única persona por la que realmente se ha preocupado pero, como directora ejecutiva del mayor rival de la Bradford Bourbon Company, cualquier relación entre ellos es imposible. Y a eso hay que sumar el tiempo que Edward va a pasar en la cárcel...
Lane Baldwine debería seguir siendo el eterno playboy, siempre a la sombra de su hermano mayor Edward. En cambio se ha convertido en el nuevo cabeza de familia y de la empresa. Seguro de que Edward está encubriendo a alguien, Lane y su amor verdadero, Lizzie King, siguen la pista de un asesino... únicamente para descubrir un secreto que cambiará todo de modo devastador.
Mientras Lane intenta descubrir la verdad y Sutton se encuentra irremediablemente arrastrada hacia Edward a pesar de las circunstancias, las vidas de los habitantes de Easterly nunca volverán a ser iguales. Para algunos será algo bueno. Para otros, puede ser una tragedia más grande de lo que pueden imaginar. Únicamente hay algo seguro: el amor sobrevive a todo. Incluso al asesinato.


Nos invade la pena suprema ante las perspectiva del fin de este culebronazo de lujo. No es que haya sido una saga que de las que nos roba el sueño y provocado canas pero oye, una ve mansionacas y ricachones en apuros y no puede evitar que los midiclorianos culebronescos se le revolucionen. ¿Habrá remontado el vuelo la Ward en esta última entrega y nos habrá tenido mordiéndonos las puntas de las extensiones del pelo? Os quito ya mismo la intriga: NO.


Se me muere una lentejuela de la pena

Bueno, queridas, sinceramente, ésta era una serie que podría haber dado mucho más juego y me parece que J.R.Ward no ha sabido manejarla. Y es una pena porque, oh, los pistos culebronescos, decidme a mí si eso no es carne de novela romántica. Pues aquí hay chicha pero poca y alguna hasta mñe. Voy a meterme un poquito en faena y no me queda más remedio que soltar spoilers del libro anterior, así que ya sabéis...



Dejamos el pisto de los Bradford en todo lo alto, con mi adorado Edward encarcelado por haberle dado pasaporte al otro mundo a su padre, Gin casada con una mala bestia, Max reapareciendo y Lane siendo Mñerlock Holmes. Y ahí está la intriga, en ver si se resuelven las tramas de cada hijo y la principal del asesinato. No es que os pueda contar qué es lo que pasa porque, claro, la gracia del libro está en eso pero yo esperaba un camino lleno de sorpresas y me he encontrado con uno bastante simplón. Ya os digo que parece que la Ward ha querido quitarse de encima este libro y lo ha escrito un poco de aquella manera, con mucho rollo a la hora de narrar pero poca chicha en cuanto a la acción. Leyendo la reseña de The Angels' Share (porque, es triste decirlo pero más triste es mentir, de un año para otro no me acuerdo ni de la mitad de lo leí) descubro que vi en ese libro exactamente los mismos problemas que en éste: la Ward se enrolla como las persianas para contar poco y, encima, avanzar menos. Vamos, que medio libro se lo quita de encima a paso tortuguil. Y es que no me digáis a mí que no es como de coña que empiece el libro, vea Lane que hay un intruso en su propiedad, salga tó jiñao a neutralizar el peligro... y se entretenga en contarnos lo grande que es el jardín, que hay que ver qué cuidados requiere, que si el poto lo plantaron en los ochenta unos criados de los Lannister, blablabla. Tú esperas algo así 👇


¡Que el pisto no pare, no pare, no!

...y es esto lo que tienes 👇


Este pisto no tiene ganas de moverse

La verdad es que la Ward tiene un modo peculiar de contarnos las cosas, es la misma técnica que usa con los vampiritos pero allí ya nos tiene bien pilladas por los ovarios y nos importa menos saber que Butch usa tal colonia o que Vishous está traumado (y que nos los repita quinientas veces). Sin embargo, aquí ese tipo de narración no funciona tan bien porque no hay tanta chicha ni tan loca y al final nos hace la lectura muy lenta. Chica, van tres libros con esta familia, ya sabemos que Edward es un amor traumatizado por el joputismo paterno y la tortura de unos hijoeputas-malparidos-gonorrea, que Gin es una cabra loca egoísta al borde de que la asesinen, que Lane es un mñe y está muy enamorado de Lizzie. ¿Es necesario que te pases medio libro poniéndonos en antecedentes? ¡NO! Nosotras queremos que la acción avance, saber qué va a ser de Edward, si Max ha hecho algo, si Gin y Samuel T. tendrán un futuro, si Lane se irá a tomar viento sacará la empresa a flote. Pues para eso nos toca llegar a la segunda mitad del libro, donde la Ward mete la directa y resuelve todo. Punto a su favor: yo he quedado contenta con los finales de los personajes.


¡Yupi!

Punto en contra: resuelve determinadas tramas a base de abracadabrismos.


Abracadabra vete a pastar con las cabras

Pero Ward, hija mía, seriously? ¿No sabes hacerlo mejor? Por favor, me lloran los pendientes de diamantes viendo que has resuelto todo de un modo tan simplón. Una ya tiene el culo pelado de ver culebrones y espera algo surrealista, que te atropelle un camión y cambies de cara y te trasplanten el cerebro o que te abduzcan los extraterrestres. ¡Pero cosas simplonas, no, por Dior, que esto es Chanel y no Primark! A pesar de quedar contenta con los finales de mis tramas favoritas, no puedo evitar sentir que la Ward no tenía ganas de pensar mucho y se ha quitado el libro de encima como ha podido, de un modo rápido y hasta tonto (especialmente me ha jo**do cómo resuelve la historia de Gin, con la que he sufrido como una perra para luego ver cómo, en dos párrafos, chimpún trocotró finiquitada). Añado que mi otra favorita, la de Edward, también se la ventila a la de tres. Mientras, la de Lane aburre hasta a las ovejas as usual y la de Max... Esto... ¿Para qué has venido, chato molinero?


Contenta me tienes, Ward

El libro también tiene cosas buenas, no es un total mñeísmo literario. Te engancha porque te da la dosis de culebrón que necesitas como drogaína en vena si estás pillada por las historias que te cuenta. Para mí esta drogaína han sido las historias de Edward y Gin, que concentran el sentimiento y la angustia y, por tanto, mi disfrute lector. Otra cosa positiva es que el punto de vista de Lane no es el predominante, lo que hace que el libro por ahí no sea tan aburrido como el anterior (cómo puede ser que en el primer libro me gustara Lane, es que no lo comprendo, con lo brasas que es). Pero medio libro de avanzar tan lentamente y otro medio libro a toda leche con cosas simplonas y algún wtf suelto hacen que se quede la lectura muy cojita. Además, hay personajes que pululan por allí de los que esperabas algo más y que al final hacen poca cosa.


Personajes secundarios en busca de cariño

En fin, no es que haya sido un libro decepcionante pero, como final de culebronazo que es, esperaba más de Devil's cut. El libro es como el resto de sus compañeros de serie, promete más de lo que da. A veces engancha, a veces aburre, a veces emociona pero siempre acabas leyendo con la sensación de que se podía haber profundizado más, haber elaborado más la historia. Al final ha sido una serie descafeinada que nos deja algunos personajes que adorar y que corren el riesgo de perderse en el olvido. Una pena porque todas las fans de la Ward sabemos que lo puede hacer mucho mejor. En fin, seguiré poniendo ojitos tristes a mis joyoncios a la espera de encontrar un buen culebronazo digno de mi Dinastía.

Por todo esto le damos a Devil's cut en nuestro Gandymetro...

Edward y Samuel T., como sois dos caballeros, en mi cama os espero


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This