martes, 28 de noviembre de 2017

Amor con condiciones (Solteronas 2), Laura Lee Guhrke


Prudence Bosworth es una humilde costurera cuya vida podría cambiar si lograra hacerse con la herencia de su padre. Para conseguirla, deberá casarse antes de que pase un año. Ella siempre soñó con encontrar el verdadero amor y desde que contempló los seductores ademanes del duque de Saint Cyres, está convencida de que sólo él podrá conquistarla. Rhys de Winter confía en que su ingenio y su impresionante sonrisa bastarán para cautivar a una rica heredera que solucione sus problemas económicos y Prudence es una víctima perfecta para él…


Ya sabéis que con Laura Lee Guhrke no empecé con buen pie y luego le regalé hasta mis empastes así que cogí este libro sin saber muy bien lo que me iba a encontrar. ¿Y qué encontré? Pues uno de mis temas favoritos, un noble palote y una chica modosita, ¡a mí los aires de croqueta enagüil!


Echa el freno, Macareno, que aquí no tienes croqueta

Prudence Bosworth vive en Little Russell (era compañera de piso de Emma, la protagonista de Y entonces él la besó *suspiro*) y trabaja como costurera ya que, tras perder a su madre, prefirió vivir sola y trabajar en Londres antes que tener que aguantar los desprecios de sus tíos. Las posibilidades de vivir otra vida son nulas así que se conforma con ver cómo otras disfrutan de bailes y vestidazos mientras ella se tira al suelo a coserles la jareta. Un día, en semejante labor, irrumpe un duque palote en la habitación y la deslumbra con su pelo rubio, su sinvergonzonería y su encanto. Una pena que ese hombre esté fuera de su alcance ya que Rhys de Winter, duque de St. Cyres, es el noble palote más desesperado de la historia y necesita urgentemente casarse con una rica heredera que salve su bella cara de los acreedores. Prudence siempre ha soñado con tener dinero y una vida cómoda en la que pudiera rebozarse codearse con alguien como Rhys pero a veces los deseos no deberían hacerse realidad...


Come to mama, planteamiento maravilloso

Mola, ¿eh? Pues éste es el punto de partida de la nueva aventura de las solteras que habitan Little Russell. Por arte de posibles mágicas herencias Prudence se convierte en la chica de moda de la temporada en Londres y Rhys pone sus ojos sobre ella, con la esperanza de poder poner después sus manos sobre su dinero y sobre sus curvas. Sí, es un interesado y lo sabe todo Penry, básicamente porque Rhys no lo esconde, siempre ha sido un palote despreocupado y huyó de Londres para vivir la dolce vita despilfarrando su dinero allende los mares. Ahora ha vuelto a casa para responsabilizarse del ruinoso ducado y afrontar sus horribles recuerdos y, como contra ellos no puede hacer nada salvo intentar olvidarlos, dedica sus esfuerzos a la caza y captura de la rica heredara que le salve los cataplines, lo que pone a la nueva Pru en lo más alto de su lista de partidazos. Sin embargo, cuando la conoció ella era una tímida costurera que le hipnotizó con sus ojazos y su actitud y ya en ese momento su radar palotil le hubiera metido un buen meneo. Y esto justo es que lo hace que Rhys camine por el lado correcto de nuestro beneplático y no lo consideremos un rastrero hijueputa malparido mentiroso así se te caiga la picha a trozos. 


Un duque sin picha, ¡noooooooo!

Laura Lee Guhrke se cuida mucho las espaldas al introducir antes ese detalle porque definitivamente Rhys es un hombre con un comportamiento repugnante, que engaña deliberadamente a Prudence de mala manera y extiende el engaño casi casi lo mismo que le mide la boa (que es mucho, obviamente, grrrrrrrr). Es tan sencillo odiarle que o ves que tiene sentimientos hacia la chica/es buena persona/tiene traumita o motivos para actuar de ese modo o no entras en el libro. Ya sé que no todos los días nos podemos encontrar con un Sebastian St. Vincent (mierda tó) pero Rhys estaba muy cerquita de poder serlo. Y ahí se queda, cerca.

Rhys es un wannabe

Rhys es un noble palote sinvergonzón de buen fondo ideal para conquistarme pero que no lo ha llegado a hacer. Es un encantador de serpientes y tiene una serpiente que nos encanta a todas y yo no he sido la excepción en la primera parte del libro, donde me ha tenido medio pava (ojo lo que me gusta a mí un acercamiento palotil que no llega a nada salvo a incendiarme las enaguas), pero iba leyendo con la mosca del engaño tras la oreja y eso ha supuesto un nubarrón negro que no me dejaba disfrutar adecuadamente. Cuando esa situación se alargaba y veía a Pru atontolinada por el amor y el pisto que se iba montando he ido perdiendo entusiasmo por la lectura. Ya sé que el tomate de estos pistos son los engaños, el dramita que subyace, pero aquí me parecía que se iba liando todo y que el berenjenal era tan grande que, al final, me iba a acabar estropeando todas las buenas sensaciones del principio, justo lo que ha pasado.


Explicación del proceso lector de este libro

Que a la Guhrke el tema modosita trabajadora + noble palote le gusta es algo evidente. Que a mí es un tema enagüil que me encanta, también, lo digo cada vez que tengo ocasión, por eso acojo este tipo de libros y a sus maromazos en mis entretelas con mucha ilusión. Pero tal vez ya he leído demasiado (y eso que llevo poco por este género) porque a cada momento se me venían a la cabeza personajes de otras autoras o libros parecidísimos pero mejor llevados (ay, si lo pilla la Kleypas...). Un planteamiendo arriesgado y buenísimo que no se lleva del todo bien y que al final se desinfla, con unos personajes majos pero planos, que parecen más de lo que son. Él no me ha enamorado y lo mismo tengo que decir sobre Prudence. Empezó estupenda, todo bondad e ilusiones, y me ha terminado pareciendo más tonta que mear para arriba de tan inocente/ilusa como es. Despierta, claro que sí, pero lo hace excesivamente tarde y para mí el libro a esas alturas ya no puede remontar. En general ése me parece el gran error del libro, extender mucho la parte para luego pegar el petardazo muy tarde y resolver todo deprisa y corriendo. Menos engaño y más mala leche de Pru hubieran logrado un libro mejor. Bueno, ése es uno de los errores. El otro es que no hay Dior que se trague la base del engaño, que un noble palote que busca rica heredera no se entere en cero coma de que hay una nueva disponible y de que esa chica piense que, dentro de una sociedad que no tiene otra cosa que hacer que no sea cotillear, el más desesperado de los nobles no sepa que ella va a estar forrada. No soy yo de pedir credibilidad a las premisas que mueven estos libros pero es que aquí me ha tenido con los ojos rotando sobre sí mismos. Reconócelo, Pru, tú lo que querías era darle alegría a tu macarena y te has hecho la tolai.


Esas enaguas piden desencaje caderil

El libro, eso sí, está escrito en el tono ágil, sencillo y destinado a devorar los párrafos al que nos tiene acostumbradas Laura Lee Guhrke. Que tú puedes estar todo el rato negando con la cabeza, pensando que esos detalles no te gustan, que si los personajes son algo planos, que si parecen más calores bajeriles que amor, pero mientras sigues leyendo sin parar gritando "este libro es droja, drojaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa". Sí, es un libro que flojea, que tiene partes estupendas y otras que no lo son tanto, pero es de los que coges y no puedes soltar lo que, para mí, es siempre un incentivo que me hace coger con ansiedad un libro. Por eso voy a seguir queriendo a Laura Lee Guhrke, porque conecta con mi lectora más nadista que únicamente pide un buen rato y un libro que no pueda cerrar.


Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...

3'5. Rhys, deja tanto engaño y ven a hacerme un apaño


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martes, 21 de noviembre de 2017

Una noche nada más (Cala Espinada 1), Tessa Dare


Bienvenidos a Cala Espinada, un lugar en el que las mujeres de salud delicada disfrutan de la brisa del mar y donde los hombres en la flor de la vida… brillan por su ausencia. ¿O no?
Cala Espinada es el destino preferido de cierto tipo de damas bien educadas: muchachas enfermizas, escandalosas o muy tímidas; jóvenes esposas desencantadas con el matrimonio o jovencitas demasiado encantadas con hombres inadecuados. Pero también es un paraíso para los que viven allí.
Victor Bramwell, teniente coronel del Ejército británico, alejado del servicio por una herida de guerra, está dispuesto a cualquier cosa con tal de recuperar su comisión. Incluso a convertirse en el conde de Rycliff y a crear a toda costa una milicia en Cala Espinada. Por supuesto, ése no es lugar para alguien como él; allí sólo hay solteras… y ovejas. Aunque también está la exquisita Susanna Finch, una mujer decidida a llevar a cabo su utopía personal y salvar un ejército de damas, reivindicativas, modernas, de las garras de los hombres de Bram.
Se ha declarado la guerra entre los dos bandos y ninguno de ellos está dispuesto a ceder.



¡Oh, el Reto Rita la Cantaora, qué gran excusa para leer libros pendientes! Y yo tenía muy muy muy pendiente el siguiente de esta serie pero nunca me ponía con el primero. Y ahí ha llegado Rita a darme el empujón necesario para bañarme en Cala Espinada. ¿Estará el agua tan calentita como para no querer salir nunca de ella?

¡Allá que voy!

Si vas a Cala Espinada es porque no eres una muchacha común. No es que tengas tres cabezas pero sí eres objeto de miradas raras porque estás enferma/eres un poco casquivana/no hay Dior que haga carrera de ti. Es un lugar perfecto, alejado y tranquilo, y Susanna Finch se va a encargar de hacerte sentir persona de nuevo dándote justo lo que más necesitas: libertad para ser tú misma. Y parte de esa libertad viene dada porque los hombres allí brillan por su ausencia (haberlos, haylos pero son los imprescindibles para el funcionamiento diario -y no va en el sentido guarro de la expresión-). Pero esa tranquilidad se va a romper cuando llegue Victor Bramwell, teniente coronel del ejército británico que, tras ser herido en una rodilla, quiere volver a su puesto a toda costa. Por desgracia sus intereses chocan frontalmente con unas ovejas los de Susanna, con lo que ya tenemos el pisto servido. Y por chocar frontalmente nos referimos tanto literal como metafóricamente, porque su primer encuentro es...

¡Ña!

Y así la paz de Cala Espinada se va a ver alterada definitivamente, igual que la de Susanna, cuya vida tranquila se pone patas arriba ante los rudos modales y el instapalotismo de Bram. Ella no puede dejarse vencer por las pasiones porque de su estabilidad y credibilidad depende la seguridad de las desamparadas mujeres de Cala Espinada, pero ve y dile tú eso a la boa de Bram, que actúa sin el consentimiento de su dueño y se pone como una locomotora cada vez que ve a la bella moza. Y es que Bram tiene una misión en la vida, que es volver al ejército, a pesar de su maltrecha rodilla y de lord Payne, el calavera palote de su primo Colin, y en su vida no hay espacio para el amor. Lo tenemos claro, ¿verdad, Bram? Pues vamos a actuar en consecuencia.

¡Ña again!

Y yo creo que con esto os he resumido lo principal de la novela. Sumadle una milicia de risa, un sorpresivo título nobiliario, un par de chicas con verdadero potencial, un padre como el de Bella de La bella y la bestia pero en pichote... y os he resumido la novela entera. Y es que, a pesar de las referencias a la situación política y tres cosas más, este libro es un nadismo que quiere y no puede. Tiene muy buenas intenciones, empieza genial con unos momentos buenísimos de risa pero poco a poco se va desinflando y no llega a triunfar en ninguna de las tramas que plantea (ni en mi corazón). ¿Cuál ha sido el problema? Los protagonistas, básicamente.

Así no vamos por buen camino, chata

Sí, cuando ves que no conectas con los protagonistas es que hay un problema. A ver, puede que no lo sea si estás leyendo American Psycho pero, por Dior, esto es una novela romántica, ¡conectar con los protagonistas es de necesidad vital! Pues ya puedo yo rellenar mi necesidad vital con otra cosa (así a bote pronto se me ocurre que con cierta parte de Colin *ejem*) porque con la conexión con ellos, no. No me malinterpretéis, Susanna y Bram son muy majos y te suben los calorcillos y ay qué pena si no pueden acabar juntos y blablabla pero me han parecido faltos de encanto e incoherentes. Ambos tienen muy claro que el otro es un impedimento para lo que quieren pero, en cuanto tienen la oportunidad, no se cortan lo más mínimo en darle a la lujuria activa (no es que nos salgan las secuencias guarras por las orejas, eh, pero a mí me han parecido excesivas para lo que aportan). Que me parece estupendo como 🔥🔥🔥 profesional que soy pero una esperaría que, a pesar de las ganas que tienen de darle al tema, tuvieran un poco más de autocontrol a la hora de pasarse sus propias normas por el forro. Así, la tensión sexual que tanto disfrutamos en los libros de "enemigos en dirección a la cama" desaparece rápidamente, no hay apenas conflicto entre ellos. Se llega muy rápido al punto de entendimiento (y quien dice entendimiento dice roce) y, salvo por una cosilla al final, la relación deja pronto de llamarte la atención. Yo creo que ya venía un poco revenida por su primer encuentro, en el que pasa algo que me parece innecesario.

No, hombre, tanta alegría al cuerpo no le da el Macareno

Cuando lo principal no te motiva, te entretienes con lo secundario y aquí hay de todo, como en botica (menos historia de amor secundaria). La trama de la milicia me ha parecido entretenida pero un poco descafeinada y todo lo relacionado con el padre directamente me ha molestado. Él me ha caído mal, el trato hacia su hija ha puesto en peligro la integridad de mi carótida y me he pasado todo el libro pensando que por qué no se moría (una tiene esos pequeños pero deliciosos momentos de maldad). Sin embargo, los acompañantes de Bram me han parecido mucho más interesantes. Thorne puede tener una historia estupenda. Y Colin... Si hay un calavera palote, allá que van mis enaguas. Lord Payne (Colin) me llama como la luz a las polillas. Sinceramente, por las primeras cosas que se comentan de él pensaba que era un tolili (al estilo Bertie de Abandonada a tus caricias) pero no, lo que le pasa es que es un noble palote cuya boa no se ejercita y, claro, eso hace que el cerebro a veces no le funcione bien. Según avanza la novela le vamos descubriendo el encanto, vemos que es inteligente y que tiene una historia traumática (o, al menos, importante en el pasado) sobre la que quiero ya poner mis zarpas. Sobre la historia. Ejem.  

Lo juro, palabrita de Kim

Tessa Dare no escribe de un modo especialmente brillante pero aprueba (al parecer doy notas y ni lo sabía...) en mi listado de escritoras. Crea momentos y diálogos graciosos pero no de los que te encandilan y te dejan con la sonrisa de tonta, lo que es una pena porque de verdad que se dan situaciones surrealistas que mejor desarrolladas me hubieran hecho saltar lágrimas de la risa y que, aquí, lo que han conseguido es que sonría y poco más. En cuanto a sus secuencias akjdhfakjshfjkashg me han parecido algo flojas y no todo lo perraquiles que a mí me gustaría (y, extrañamente en mí, me ha sobrado alguna). Pero, ey, conocer una serie y a una nueva escritora muchas veces es algo extraño, así que yo estoy dispuesta a darle un voto de confianza a Tessa Dare porque creo que esta serie tiene muy buenas posibilidades (¡ay qué parejas se vislumbran!) y, a pesar de lo todo lo que he comentado, Una noche nada más me ha resultado una lectura bastante entretenida

Por todo esto, le damos en nuestro Gandymetro...

Bram, yo te enderezo la rodilla y lo que te cuelga cerca


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martes, 14 de noviembre de 2017

Come Alive (Experiment in Terror 7), Karina Halle

[Libro no publicado en español]
Una cosa es tener de nuevo en tu vida a la mujer que quieres y otra cosa es mantenerla en ella. Para Dex Foray, convencer a Perry Palomino de que se abra y se sienta cómoda en su nueva relación ha sido más desafiante que cazar fantasmas, pelear contra demonios y rastrear al Yeti todo junto. Añade a esto que el único modo que tienen de seguir con Experiment in Terror es contar con un tercer miembro en el equipo (nada menos que el misterioso Maximus Jacobs) investigando, a la vez, unos siniestros casos de vudú en Nueva Orleans y tienes la receta perfecta para el desastre. Afortunadamente, Dex no es de los que retroceden, incluso cuando su vida (y su corazón) están en juego.


Siete libros llevamos ya de la serie Experiment in Terror (¡SIETE!) y no sabe ya una ni qué poner, así que os voy a adelantar el final de la reseña: este libro tiene 5 Gandys como cinco meneos le daba yo ahora mismo a Dex Foray.


Voy a calentar para mis ejercicios horizontales con Dex...

Terminamos el libro anterior con las bragas pegadas al techo de la emoción, como no podía ser menos teniendo en cuenta lo que pasa. Ahora se nos muestra un mundo nuevo delante de nosotras porque, claro, ¿en qué punto están Dex y Perry? ¿Mirarán para otro lado como si no hubiera pasado nada? ¿O irán "los dos cogidos de la mano/por las calleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees"? (Espero que hayáis notado mi estupenda imitación de Alejandro Sanz, ejem...) Pues eso, que estaba yo con las hormonas en todo lo alto cuando, de repente, empiezo a leer y sigo leyendo ¡y me doy cuenta de que este libro es enterito desde el punto de vista de Dex! ¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh!!


Yo al enterarme. Sí, así de sencilla leo a Dex

Ahí Karina Halle me ha pillado por donde más duele, por la gomilla del sujetador, porque ya sabéis que yo adoro a Dex por encima de todo y disfruto como una enana cuando está él. ¡Y este libro te garantiza Dex en todas las páginas! Pues con este subidón nos vamos a Nueva Orleans a cazar 👻 con Dex y con Perry. Y con Max.


😱😱😱😱😱😱😱😱😱😱

Resulta que al jefe de Dex y Perry se le han hinchado los cataplines ante lo que siempre comentamos, que esta gente vivirá aventuras sin fin pero luego no tiene material para hacer nada decente. Y claro está, si los niños no pueden estar solos, pues necesitan alguien que les haga entrar en vereda y les diga lo que tienen que hacer. Y para eso está Max, que de tocar los cataplines a todo el mundo y molestar sabe un rato. Siempre hemos sentido una tirria especial por este personaje y, a la vez, se nos ponían los pelos de punta con él. Y en este libro por fin vamos a descubrir su secreto.... Muajaajajajajajaja. Que, por cierto, yo me lo olía y he dado en el clavo.


Me regodeo en mi acierto cual cochinillo en el barro

Con nuestro trío lalalá vamos a Nueva Orleans, ciudad que, como todo el mundo sabe, es conocida por ser un remanso de paz mayor que cualquier idílico pueblo de SEP 😒. Así, mientras van a cazar 👻, se cruzan con una vieja, una guarronaca y unos señores muy apañados que nunca duermen porque, hey, los muertos es lo que tienen, que el sueño eterno les da muchas ganas de salir de juerga.


¡Venga, peña! ¡Que rule ese calimocho!

Y a toda esa fiesta sin fin hay que añadir que Dex tiene sueños/visiones de cag*rte en los pantalones y que va a conocer algo que le va a joder la vida y a nosotras nos va a dejar 😱😱😱😱 de nuevo. ¡A ver si creíais que esto iba a ser una balsa de aceite! Dex no reacciona como nos hubiera gustado y nos debatimos entre quererle mucho de hacerle guarrerías sin fin o querer pasarle las manos por el cuello para estrangularle un poquito. Aquí Karina Halle ha mezclado sorprendentemente bien todas las tramas, lo que pasa con Dex, su relación con Perry y con Max, los zombies, su fruta madre... Todo visto desde los ojos de Dex, lo que para mí es el gran acierto de este libro, ya que con eso nos garantizamos amor/sexo/humor adorablemente guarros y nos evitamos las eternas comeduras de cabeza que tiene Perry que siempre me ponen 😒. Para mí este cambio de narrador ha sido de lo más refrescante y me ha hecho la lectura muchísimo más amena y rápida que los anteriores, le da un ritmo muy ágil, lo que combinado con que la Halle se ha marcado un libro bastante decente ha hecho que haya quedado muy satisfecha con esta lectura. Y ojo al sustómetro:



No está mal dentro de la tónica general de esta serie. Mieditos no hay muchos y esta mujer sigue sin lograr para mi gusto una atmósfera que me tenga acojonadita toda la lectura pero con uno de los primeros sustos casi me engancho a la lámpara. Y es que lo que Dex ve para mí es muchísimo más acojonante e inquietante que lo que ve Perry...


No entiendo que digas eso cuando conmigo te lo pasas pirata

Salvo Max, no hay ningún secundario que nos importe especialmente. Es un libro que nos da lo que queremos, mucho Dex, poca Perry y dramita, todo aliñado con una historia que nos da un poco igual pero que nos mantiene en vilo en la última parte. Y, sorprendentemente, poco más tengo que añadir. Siempre encuentro alguna cosilla que me hace ladear mis carnosos labios, como que Perry, a pesar de haber evolucionado mucho, siga teniendo esa mierda de autoestima y me enerve o que la Halle no sepa rematar las tramas de suspense como debe ser (aquí se le ve el plumero desde el principio) pero, como siempre os digo, yo leo esto por Dex y sus cositas y en este libro me he hartado de lo que yo quería: guarronismo, amor, dramita y misterio misterioso para lo que nos queda de serie (¡aún dos libros! ¡Esto es más largo que un día sin un Martini!). 

Y, como en el país de los ciegos, el tuerto es el rey y cuando recibo mi dosis de Dex se me descontrola el fangirlismo, Come alive se lleva en nuestro Gandymetro...


Dex, tu encanto parece magia y me afloja hasta la faja


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martes, 7 de noviembre de 2017

Sin salida (I-Team 5), Pamela Clare


A pesar de no tener motivos para continuar adelante desde que el huracán Katrina le arrebató a sus seres queridos, Natalie Benoit se da cuenta de lo mucho que ama la vida cuando, en el transcurso de un viaje organizado por la Asociación de Periodistas, es secuestrada por los Zetas, un cártel mexicano relacionado con el narcotráfico y la muerte de mujeres en Ciudad Juárez.
Zach McBride arriesga su vida todos los días; su trabajo para el Gobierno consiste en atrapar a los criminales que operan a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México. Pero es traicionado, y termina en manos de los Zetas que, convencidos de que les ha robado un alijo de droga, comienzan a torturarle brutalmente.
Cautivos de los Zetas, el destino hará que Zach y Natalie se vean obligados a aunar sus fuerzas: primero para escapar, y después para desentrañar una red de narcotráfico y blanqueo de dinero que afecta a importantes personalidades, tanto en México como en Estados Unidos.
¿Serán capaces de hacerlo sin sucumbir a la incontenible pasión que surge entre ellos? ¿Conseguirán superar no sólo a sus perseguidores, sino también aquellos miedos que les obligan a llevar una existencia a medias?



Dejadme el abanico o el ventilador industrial porque así me he quedado tras la lectura de Sin salida, con unos calores que ni en una sauna con el abrigo de visón puesto. Ya me habían advertido de que Zach era un maromazo de los que te vuelven las bragas del revés pero no esperaba yo que me saliera todo volando con tanta rapidez, especialmente  tras el pequeño bajón que fue Sombras de sospecha. Pero claro, todo se me volvió loco cuando me enteré de que Zach había sido SEAL.

El efecto de esa palabra sobre la ropa de Kim

Natalie Benoit es periodista del I-Team y de Nueva Orleans. Se trasladó a Denver cuando el Katrina destrozó su vida y ha logrado rehacerla gracias a su trabajo, aunque no es feliz. Para evadirse un poco y que le dé el aire se va con un grupo de periodistas a Ciudad Juárez (lugar de vacaciones por excelencia, como es sabido por todos) y allí, oh sorpresa, es secuestrada por un grupo armado, los Zetas, que pretenden hacerle mil perrerías para que comparta el destino de tantas mujeres que son torturadas, violadas y asesinadas en esa ciudad sin ley. La gran suerte que tiene Natalie es que no va a estar sola en su cautiverio sino acompañada por la varonil presencia de Zach McBride, veterano de guerra (traumado, of course), antiguo SEAL (allá que van mis bragas) y Marshal. Vamos, que si te gustan los uniformes, los ha tenido todos. Zach está siendo torturado y ve en Natalie la ayuda que necesita para poder escapar del cautiverio de los malvados y regresar a Estados Unidos atravesando los bellos parajes desérticos mejicanos. Y Natalie se agarra a él para sobrevivir como un gato a las cortinas, decidiendo confiar en ese desconocido pero fuerte maromazo para volver a casa. Y claro, la huída, la adrenalina y los riesgos del desierto acaban confluyendo y logrando que no sean los calores externos los únicos que acaben derritiendo hasta las piedras...


Bueno, teniendo en cuenta la situación en la que se conocen y las situaciones por las que pasan yo no concibo que éstos se enamoren bailando una jota o a base de poemas moñas. El amor entre Zach y Natalie surge de la lujuria y del palotismo, del subidón de adrenalina que te da sobrevivir a una situación traumática. Zach y Natalie deciden que la vida son dos días y que han estado a punto de perderlos, así que no hay mejor modo de olvidar los peligros que lanzarse en brazos del Dios de los Fuegos Bajeriles, aún a riesgo de pincharse el culo con un cactus.

Tranquila, que ya te pincho yo con otra cosa

No todo son contactos sexuales de alto voltaje, eso sí. Bueno, sí lo son pero mientras en la primera parte todo es más apresurado y lujurioso, más "fo**emos como si el mundo se acabara mañana" en la segunda parte hay más espacio para el amor en su relación. No es que vayan a ser los más moñas del mundo, ya os lo digo, pero cuando ya dejan de sentir la agobiante presión desértica hay más espacio para los sentimientos, sin dejar de cogerse (dicho esto en el más argentino de los sentidos) con unas ganas de echarte a arder las pestañas. Me encanta cómo narra Pamela Clare las escenas sexuales. Aquí vamos bien serviditas pero no nos eternas ni estás páginas y páginas viendo qué están haciendo. Eso sí, son descriptivas en plan saber si a Zach le cuelgan los cataplines o le mira la boa a Cuenca, os advierto. Y ya que estamos en temas guarreriles, voy a hacer un pequeño inciso para comentar una cosa que he visto en muchas novelas (norteamericanas) y que me hace levantar las cejas de tal modo que me lleguen hasta la nuca. A ver, queridos, que sois muy majos pero a veces muy ceporros. Que para acabar with child o with boa/xixi infection no es necesario culminar la faena/poner la bandera/descorchar el champán a lo loco/tener una erupción cual Vesubio. Que con que hayas empezado a percutar por cualquier orificio corporal ya puedes haberte metido en un buen jaleo. ¡Que os pongáis condón desde el principio o le hagáis un homenaje a la Santa Raciendad y os refrotéis contra una piedra, coñe! 

Otra marcha atrás en una novela contemporánea, yu-pi

Sin salida es un libro que te deja sin aliento desde el primer momento, un no parar constante de acción y emoción, aunque esta vez decide no incidir mucho en el tema serio que trata (y menos mal porque es terrible) y tampoco vemos ambiente de periódico. Está narrado del modo habitual en esta serie, en tercera persona alternando constantemente los puntos de vista, lo que hace que la narración sea bastante ágil. Hay dos partes claramente diferenciadas, la primera en Méjico y la segunda en Estados Unidos. En la primera casi no tenemos tiempo para respirar, huyendo como estamos con Zach y Natalie (así son los polvos, rápidos y de mucha intensidad). La segunda parte es más pausada, hay más espacio para el amor y para más personajes, ya que nuestros adorados maromazos de los libros anteriores aparecen y cobran un gran protagonismo, especialmente Marc y Julian. Eso sí, Pamela Clare vuelve a dar muestras de su vena Gabaldon sádica y nos recuerda que los trabajos de estos maromazos son muy complicados y que nadie está a salvo...

Y yo que pensaba que estos maromos eran intocables

El final es muy peliculero, digno de una película de acción de los años ochenta con su sobredosis de barras y estrellas chorreando por los renglones. Eso sí, hay una reunión tan grande de maromazos uniformados que sufrí un Big Bang ovárico leyendo el epílogo.

¡Que Kim están con los maromos de la Clare! ¡Corre!

Zach y Natalie me parecen una de las mejores parejas que Pamela Clare ha inventado, casi casi al nivel de Marc y Sophie, que es mi favorita. Zach es simplemente perfecto, tiene todas las cualidades que yo busco en un maromo contemporáneo uniformado, leal, de buen corazón, decidido, con sentido del humor, de palotismo fácil... Sin embargo Natalie, que era mi favorita, me ha parecido un personaje desaprovechado. Tiene una historia personal dura pero se trata muy de soslayo y, sinceramente, yo pensaba que iba a ser algo mucho más dramático. En general no me ha parecido un libro con exceso de dramatismo o de sentimiento, creo que Pamela Clare ha sabido encontrar la medida perfecta de todos los elementos que componen esta serie, la acción, la intriga, el amor y el palotismo. Tal vez si os gustan las historias de amor con más romance ésta no os convenza pero a mí me ha dado justo lo que yo quería, una lectura sin descanso y un maromazo digno de provocar más calor que el desierto de Sonora.

El ovario izquierdo de Kim cada vez que sale Zach

En definitiva, Sin salida es, de momento, el libro más redondo de toda la serie I-Team. Lo tiene todo y en su justa medida, es una lectura que te engancha desde el primer momento y te hace muy complicado parar de leer. Es ágil, emocionante y muy calentorra pero sin dejar de tener su puntito sentimental, justo lo que yo busco en estos libros.

Por todo esto se lleva en nuestro Gandymetro...

Zach, tu boa pechote es mi oasis soñado


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