martes, 28 de junio de 2016

Escándalo en primavera (Wallflowers 4), Lisa Kleypas


Tras tres temporadas en Londres buscando esposo, el padre de Daisy Bowman le comunica a su hija en términos inequívocos que debe encontrar marido ya. Y si Daisy no es capaz de atrapar a un pretendiente adecuado, se casará con el hombre que él elija... El tosco y distante Matthew Swift.
Daisy se queda horrorizada ante semejante posibilidad. Una Bowman jamás admite la derrota, y decide hacer lo que sea necesario para casarse con alguien, con cualquiera que no sea Mathew. Pero con lo que ella no contaba es con el inesperado encanto de Marthew, o con la arrebatadora sensualidad que pronto surge y sobrepasa todo límite. Y Daisy descubre que el hombre al que siempre ha odiado podría resultar ser el hombre de sus sueños.
Pero en el preciso momento de la dulce rendición, se desvela un escandaloso secreto... Un secreto que podría destruir a Mathew y un amor más apasionado e irresistible de lo que Daisy se atrevió a soñar jamás.


Pues llegamos al final de nuestra aventura floreril, ésa que nos ha tenido buscando maromos con posibles a cuatro solteronas y que ha terminado con mucho éxito pero inesperado, ya que, si bien todas se nos han emparejado (¡y con tremendos papacitos!), ninguno de los matrimonios ha sido el que ellas esperaban. ¿Será Daisy más afortunada en ese sentido...?


¡Pues a ello vamos!

Daisy Bowman lleva tres libros años buscando marido con nulo éxito (salvo por el morreacoadfaljfdhljdhflja del libro anterior con Cam Rohan no la han tocado ni con un palo). Ha visto casarse a su hermana y a sus dos mejores amigas y ella parece que se va a quedar wallflower pa toa la vida. Así que su padre se ha cansado ya del dispendio monetario y le da un ultimátum: o se casa en pocos meses o la casa él con Matthew Swift, su protegido, un repelente niño Vicente de la vida enagüil.



Pues porque para el padre de Daisy, Matthew es el hijo que nunca tuvo (recordemos que tiene tres varones y dos chicas, ejem) y es un matrimonio de fruta madre para que Swift herede la empresa y así casar de una dichosa vez a su problemática hija. ¡Eh, que ya Lillian cazó al pez gordo, era demasiado esperar lo mismo de Daisy! ¬¬ Daisy se muestra de lo más "encantada" ante la perspectiva de casarse con Matthew, al que siempre ha tenido tirria por ser tan ñiñi ñiñi y tan buen trabajador y servicial y tan bueno en todo que... ¡Qué asssssssssssssssssco de tío! Claro, que eso es lo que ella piensa de él basándose en sus recuerdos, porque cuando lo ve por primera vez paseando por Stony Cross Park...


Allá van mis bragas

¡Parece imposible que el escuchimizado que ella recordaba fuese realmente el maromazo encantador que tenía delante! (¡Eh, jodía, ahora ya no te da tanto apuro casarte con él!). Y lo que no sabe es que Matthew lleva enamorado de ella tanto tiempo que ya ni lo recuerda (que noooooooooo, que se acuerda perfectamente de todos los momentos que ha pasado con Daisy ). Y lo que ella tampoco sabe es que Matthew no puede casarse con Daisy porque tiene un pasado oscuro y una vida montada sobre una mentira... ¿Qué secreto estará guardando?

¡El que tengo aquí colgando!

[Tenía que hacer el chiste "inteligente", sorry].
Bueno, lo que Matthew tiene escondida es la adorafollabilidad de un típico maromo de la Kleypas. Y hablando de estos maromos, os preguntaréis que aquí dónde está Cam Rohan peleando por Daisy... ¡Pues en ningún sitio porque no sale!



Pues eso, que ya está la Kleypas haciendo de las suyas. Tú ves en el libro anterior el besarraco que le arrea (y si te pasa como a mí, que te suena su nombre de que tenga libro propio) ya piensas en cómo se va a camelar a la Bowman aquí. Pero no. Lisa Kleypas nos dice que estuvo bien y tal pero que te olvides de él. ¿Pero es que are you crazy? Lo que pasa es que una con la Kleypas ya se espera cualquier cosa así que rápidamente dejé a Cam en su rincón de mi corazoncito y me dediqué a conocer al adorafollable Matthew y ver cómo era capaz de conquistarnos a Daisy y a mí. Sinceramente, a mí lo hizo desde el minuto uno, con su buenorrismo y buen humor. A Daisy tardó algo más (lo que dura una partida de bochas que parece casi eterna y que si se juega en horizontal nos hubiera interesado mucho más) pero es poquísimo para el odio que le tiene al bueno de Matthew. La verdad es que esto queda un poco tal que así porque no vemos nada malo en el muchacho por mucho que las Bowman insistan, ni le vemos lo repelente ni lo lameculos ni ninguno de los defectos que las Bowman le achacan. 



Duele decirlo pero Lisa Kleypas ha patinado un poquito en esta historia. Es cierto que Daisy, de todas las floreros, es, para mí, la que menos chicha tiene, una copia dulcificada de su hermana sin sus ovarios, pero esperaba más de ella en este libro. Pasa de niña a mujer en cero coma y, en comparación con Matthew, es un personaje mucho menos interesante. Él es la salchicha del libro, con su amor escondido y su misterio misterioso que, por cierto, me parece mal llevado porque te dejan pocas miguitas y, cuando se resuelve, te quedas así:


Mucho lirili y poco lerele

No es que esperara yo ahí la sorpresa final de Psicosis pero sí algo con más enjundia. No sé, me parece que Lisa Kleypas aquí ha metido un mix de cosas que le rondaba por la cabeza y le ha salido un libro raruno, irregular y con algunas cosas muy forzadas (entre las que incluyo -ay, que no me creo que vaya a escribir esto- algunos momentos folletiles). No seré yo la que diga que sobra sexo en una novela (guarrerismo a mí siempre y cuando aporte algo), pero aquí al final lo único que te aporta es calorcico en los bajos (que sí, que mola) y poco más. Aún así no quiero que penséis que es un truño de libro porque no lo es (si es que Lisa Kleypas escribe tan bien que tiene que estar muy emporrada para escribir algo que sea malo -aunque hay precedentes, ejem-). No nos faltan aquí nuestros momentos divertidos, los románticos (recójame usted del suelo cada vez que recuerdo lo del anillo 😍😍😍), las críticas al clasismo social de la época y la oportunidad de adorar a Marcus convenientemente (de lejos el personaje favorito de la Kleypas) y de disfrutar con nuestras cuatro floreros que, de ser las más lerdas, han pasado a ser las primeras de la clase.


Para las que os reíais de nosotras


Escándalo en primavera es un libro sencillo y fácil de leer, con su punto de humor, su punto de intriga y su punto de amor pero que palidece en comparación con el resto de la serie. Lisa Kleypas parece que lo ha escrito para quitárselo de encima, desarrollando poco a Daisy y a Matthew y mal la trama en general. Pudo haber sido mucho mejor y todas lo sabemos. Aún así, te deja con la sonrisa en la boca y con la alegría de haber sido una florero más.

Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...


3'5. Matthew, yo también guardo un botón tuyo, ven que te lo enseño...
                     
Y si queréis un poquito más de vuestras floreros favoritas, no dejéis de leer A Wallflowers Christmas, una novela corta cuyo mayor aliciente es ver qué ha pasado con nuestras chicas y sus maromos (aaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyy, Sebastian, grrrrrrrrrrrrrrrrr).


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martes, 21 de junio de 2016

Apenas un sueño/Volver a soñar (Serie Chicago Stars 4/Hermanos Bonner 2), Susan Elizabeth Phillips


La suerte de Rachel Stone va de mal en peor. Sin dinero, con el coche estropeado y un niño de cinco años, ha regresado al pueblo donde todos la odian. Pero la joven viuda ha aprendido a luchar contra su escandaloso pasado y hará cualquier cosa por su hijo.
Gabe Bonner acaba de sufrir la pérdida de su mujer y su hijo y sólo quiere estar solo, sobre todo cuando su propiedad es invadida por una bella mujer con una actitud insolente, mucho talento para meterse en líos y un hijo que le trae malos recuerdos. ¿Será esa mujer que no tiene nada que perder, lo que Gabe necesita para volver a vivir y amar?
Goodreads ❤  Amazon


A ver, que levante la mano la que recurre a los Chicago Stars de Susan Elizabeth Phillips para desconectar el cerebro con historias de partirte de la risa con sporty machotes que son hot as hell.



Pues nada, ya podéis buscar otro libro porque éste no se parece en nada a los anteriores de esta serie.


¡Que estrello el Enterprise del susto!

¡Pero, eh, no os vayáis tan rápido, que estamos hablando de SEP! Un voto de confianza para la jefa suprema de la romántica contemporánea, chatas, que este libro lo merece. Y es que en este punto de la serie SEP ha tenido que hacer una pequeña desviación y dejar a un lado los touchdowns porque, cuando en Sólo mío llegamos a Salvation con Cal Bonner, descubrimos que ahí había tomate y que no nos podíamos ir así como así. Se habla todo el rato (aunque nunca sale) de un hermano de Cal, Gabriel Bonner, y de su tragedia personal, la pérdida de su mujer y de su hijo en un accidente de tráfico.


Alegría p'al cuerpo

Y en este libro volvemos a Salvation gracias a Rachel Stone, de casada Snopes. ¿Os suena el apellido? ¿No? Y si os hablo del anterior dueño de la casa de Cal, el del mal gusto, el telepredicador que estafó a todo el pueblo y que murió huyendo, el reverendo Snopes? Pues Rachel es su viuda, que retorna al pueblo que la odia buscando algo que puede sacar a ella y a su pequeño Edward de la desesperada situación en la que viven.


Más alegría p'al cuerpo

Todo el pueblo considera a Rachel responsable de lo que pasó con su marido aunque nosotras sabemos que ella fue una víctima más del telepredicador pirado. Pero claro, la gente eso no lo sabe y la tratan con el mayor de los desprecios. Gabe no iba a ser menos, claro, pero no porque tenga algo en contra de ella sino porque Gabe trata así a todo el mundo. Ya no es el adorable hombre que fue, ahora es lo más parecido a una vaina sacada de La invasión de los ladrones de cuerpos, un hombre hueco, sin emoción alguna. Todo se fue cuando perdió a su familia y con ellos se fue su ilusión por ser veterinario y por vivir. Ni Rachel, con su único par de zapatos y su desesperación, ni Edward, con esas ansias desesperadas de no morir y de recibir cariño, consiguen sacarle la más mínima emoción. Pero eso no significa que sea un joputa, eh, que no deja de tener dentro un caballero sureño que se ve obligado a sacar para darle trabajo a Rachel. Y, no es por nada, pero sin prejuicios sobre ella y con el roce diario se despierta en Gabe algo que jamás pensó que volvería a tener.


Las ganas de refrotar palito are back!

Nuestro Gabe, el pobre, está traumado por lo de su familia pero, claro, es un machote en el que tarde o temprano iban a resurgir las ganas de meter en caliente y Rachel es totalmente opuesta a su difunta Cherry, lo que le produce pena y palotismo a la vez. Pero si sus barreras chechuales caen relativamente rápido (porque el pobre lleva más de dos años sin echar un casquete y eso debe estar apolillado), las emocionales... Ésas ni caen ni él quiere que caigan. 


No recordó haberse movido, pero lo siguiente que supo fue que la tenía entre sus brazos y tocaba su cuerpo con las palmas de sus manos. Era delgada y frágil, pero de ninguna manera la ruina que él pensaba. Quiso abrazarla y follarla, reconfortarla y destruirla al mismo tiempo. El caos de sus emociones envolvió su dolor, haciendo más honda su agonía.

Así está la cabeza de Gabe con respecto a Rachel (con respecto al niño es todo igual pero elevado a la quinta potencia). Y ella... Pues necesita un buen polvazo (cosa que el joputa de su marido no le echó never) y mucho amor para ella y para su niño, que es justo (esto segundo, eh, que de lo primero Rachel va a ir bien servidita, grrrrrrrr) lo que Gabe no va a darle.


¿¿Por qué la vida es tan fruta??

La vida definitivamente es una fr(p)uta y SEP nos lo planta en la cara aunque no queramos verlo. ¿Quién quiere leer sobre unos personajes tan dañados? ¡Que lo que busco en tus novelas no es eso! Pues, queridas mías, únicamente esta mujer sabe contar esta triste historia de un modo tan sumamente bueno. Ya me habíais dicho muchas que este libro era distinto, que se preparara mi corazón de piedra porque me iba a tocar la fibra sensible. Cuánta razón teníais. Vamos a ver, esto es una novela de SEP, no Los Miserables, así que no vamos a terminar con ganas de tirarnos por un puente. Esta historia es de mucha penita y mucho sentimiento pero también lo es de optimismo, de creer que se puede resurgir de las cenizas y volver a la vida, crear nuevos sueños, nuevas alegrías e ilusiones. Porque las cosas malas pasan y la vida sigue. Rachel y Gabe son dos personajes muy dañados pero extremadamente fuertes, sobre todo Rachel, ya que a Gabe jamás le falta el apoyo familiar (que a veces puede ser asfixiante) pero Rachel no tiene nadie en quien apoyarse. Al contrario, ella es el soporte de su hijo pero no deja de luchar y vivir con la esperanza de lograr algo mejor. Y Gabe encontrará en ellos su motivo para revivir.


Mi corazoncito leyendo

Pero no penséis ahora que este libro es todo pena porque ni mucho menos. Aquí no perdemos de vista nuestros diálogos graciosos (Rachel lleva la ironía por bandera) mezlados con los momentos tiernos (de los que Edward es el protagonista -un niño no porculero, ¡albricias!-) y nuestros momentos hot, aunque aquí están más en segundo plano, al menos en la historia principal. Porque, como en todo libro de SEP que se precie, hay una maravillosa historia secundaria, la de Ethan, el menor de los Bonner, que se lleva los momentos más graciosos del libro (Dios le habla como Oprah o Clint Eastwood) y que sin duda merecía un poquito más de espacio y no un desenlace tan rápido y precipitado. 


Ni Ethan ni SEP ni falta que hace

Queridas, este libro ha despertado en mí una especie de añoranza vital, de querer vivir en ese pueblo, sintiéndome tan querida por una familia que lo único que quiere es disfrutar de la vida y hacerlo rodeada de los que más ama. Es un culebronazo, no os voy a engañar, con muchísimas sorpresas, momentos de tensión y algún que otro wtf que yo perdono por todo lo que he disfrutado antes. Únicamente Susan Elizabeth Phillips, con esa maravillosa capacidad escritora que tiene para mezclar alegrías y penas, humor, palotismo y llanto, es capaz de coger esta historia cortavenas y hacer que cierres el libro sintiéndote tan feliz como Rachel y echando una lagrimilla como ella (yo no, eh, que se me corre el rimmel). Apenas fue un sueño no es tal, es una soberbia realidad que consigue, sin decaer, emocionarte y divertirte y hacerte creer que las buenas cosas de la vida siempre están esperándote, únicamente tienes que tener fe y esperarlas con los brazos abiertos (y si viene Gabe, también con otras cosas abiertas).

Por todo esto y mucho más le damos en nuestro Gandymetro...


Gabe, yo revivo tu boa si tú revives mi vida


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martes, 14 de junio de 2016

Un seductor sin corazón (The Ravenels 1), Lisa Kleypas


Devon Ravenel, el libertino más encantador de Londres, acaba de heredar un condado, pero su nuevo rango social incluye unas cuantas sorpresas. La propiedad heredada carga con numerosas deudas y las tres inocentes hermanas del conde aún ocupan la casa… junto con Kathleen, Lady Trenear, una joven viuda cuyo agudo ingenio y determinación se equiparan a los del propio Devon.
Kathleen sabe que no debe confiar en un bribón como Devon, pero la fuerte atracción que existe entre ambos es innegable… y tras estrecharla entre sus brazos por primera vez Devon jura hacer lo que sea para poseerla. ¿Conseguirá ella evitar entregarle el corazón al hombre más peligroso que jamás ha conocido?


¡Levantemos la copa de Vega Sicilia porque, queridas nuestras, Lisa Kleypas se ha vuelto a poner las enaguas!


Me tomo una copa y ya

Bueno, levantémosla pero no nos pongamos bolingas aún, que nos queda esta reseña por hacer. Hacía unos añitos que Lisa Kleypas no nos regalaba una novela de época y, claro, las fans de los corsés kleypasianos nos frotamos las manos ante semejante acontecimiento, aunque también preparamos las sales porque, cuanto más alto vuelan nuestras expectativas, más grande es el hostión que nos pegamos. ¿Qué nos habrá pasado con ésta? Pues nada como seguir leyendo y comprobarlo...


¡¡Reseña reseña reseña!!

Devon Ravenel hubiera preferido que su golpe fuera de otro modo, de pedrusco, por ejemplo, antes que de suerte, porque ser el nuevo Conde de Trenear tras la muerte de su despreciable primo es más bien una putada. Él, que es un libertino pichafloja que se dedica a la nada más absoluta, se ve de repente con un título y un montón de deudas y responsabilidades encima, encargarse de las tierras del condado y de sus arrendatarios, de la ruinosa mansión de Eversby Priory y de los que en ella habitan, entre los que se encuentran sus primas Helen, Cassandra y Pandora y la viuda de su primo, Kathleen, Lady Trenear. Devon y su hermano Weston son más vaguzos que yo con resaca y, por supuesto, van a perder el corbatín por deshacerse de todo. Pero claro, antes de nada tienen que ir a Eversby Prior a presentarse y comentarles a todas que piensan desentenderse de ellas y de todas las propiedades a las mínimas de cambio. 


Apellidos reales de los Ravenel Bros.

Pero ninguno de los dos contaba con que las habitantes de esa mansión les iban a hacer cambiar su modo de vida, su mente y su corazón. ¡Toma ya! Pero este camino no va a ser de rosas precisamente. Devon es un tío insensible y West un borrachuzo. Sus primas Ravenel han vivido casi en una burbuja y ni han sido presentadas en sociedad ni saben de qué va la vida. Helen es un encanto aunque muy tímida y las gemelas Pandora y Cassandra son un puro terremoto (me han recordado mucho a las hermanas Bowman de la serie Wallflowers). Y Kathleen... Bueno, la pobre estuvo casada tres días con Theo Ravenel y luego se quedó viuda, así que su posición es complicada y, además, se siente responsable de sus hermanas políticas. Obviamente, cuando se entera de los planes de Devon pone el grito en el cielo y lo señala como su enemigo público número uno, algo que ya sabemos lo que significa en el mundo kleypasiano...


Te voy a odiar con mucha pasión

El caso es que hasta aquí todo es ideal, de frotarte las manos ante lo que te espera. Y lo que te espera tiene de todoEnaguas y Lisa Kleypas suelen ser una combinación ganadora que, aquí, se queda un poco a medio camino


*LO QUE MOLA*

-Maromos made in Kleypas. Devon Ravenel es un maromo tipo de la Kleypas, esta vez en formato rico aburrido de la vida, duro por fuera pero blandito por dentro, como un Donuts Bombón. Y tan buenorro que dan ganas de hincarle el diente antes de que abra la boca (de hecho, mucho mejor, que lo mismo abre la boca y lo quieres estrangular).
😏😏😏
-Mujeres fuertes y con personalidad. Kathleen tiene las ideas muy claras a pesar de su complicada situación y las gemelas son una bomba atómica en potencia (menos mal que tienen diecinueve años y están medio recluídas). La única que parece escaparse de esta fortaleza es Helen pero sus actos nos indican que, si bien parece una mosquita muerta, tiene las ideas más claras de lo que aparenta.
💪💪💪
-Momentos ajshdafñjksdhfjkñshdjk que nos queman las pestañas. Queridas mías, es Lisa Kleypas, una de las mejores guarreristas de la romántica actual. Da igual que leas con la ceja levantada, a Devon se le levanta otra cosa (o se quita la toalla) y tus enaguas salen disparadas
🔥🔥🔥
-Fantásticos diálogos llenos de pullas, mala leche, frases lapidarias y humor. Aquí se lucen casi todos los personajes. Devon y Kathleen me han encantado cuando se odiaban y se lanzaban puñales en forma de palabras (tú y yo sabemos que hacemos la croqueta con esas cosas) y Devon y West me matan lentamente hablándose con esa sorna, por no comentar las ocurrencias de las gemelas, especialmente de Pandora, mi favorita desde ya.
😂😂😂
-Maromos secundarios que te dejan con el alma en vilo. La evolución de West es espectacular y nos deja ver que tras esa papada borrachina hay un tío listo que únicamente necesita un incentivo en la vida para florecer como una de las orquídeas de Helen. ¡Por favor, Kleypas, dale un libro, una historia de amor maravillosa aunque sea en el libro de otro! ¡Ponle una churri monosa, por el amor de Dior! Y aquí tenemos que hablar del secundario por excelencia de este libro, Rhys Winterbone, galés amigo de los Ravenel Bros. y dueño de los grandes almacenes Winterbone's. Un hombre hecho a sí mismo de ésos que tanto adora la Kleypas (¡y nosotras!).
😍😍😍
-Historia secundaria que te roba el sueño. ¿Queréis saber cómo se manejaban las vidas de los demás en la época enagüil? Pues que os lo cuenten Helen y Rhys, porque yo no puedo hablar más *recurramos al uso de mi hashtag favorito #Sufro*.
😫😫😫
-Espléndida ambientación. De las cosas que más me han gustado, cómo nos cuenta la Kleypas los detalles de la cambiante sociedad, de cómo las máquinas se introducen en la vida agrícola, de cómo el dinero ya no va unido a los títulos, de cómo la vida enagüil se va haciendo más moderna.

*LO QUE NO MOLA*

-Tarda mucho en pillarte por las solapas. Sí, el problema habitual de todas las series, que se pierde tanto tiempo en situarte en la época y los personajes que la trama lo sufre. A mí me costó casi un tercio del libro comenzar a meterme en la historia y sentir simpatía por los protagonistas. Lo que me lleva al siguiente punto.
😖😖😖
-La historia principal. Devon es un sieso y Kathleen una estirada cabezona y, de tan fríos que son al principio, me acabé encontrando más fría yo. A ver, que ya sabemos que eso es lo que mola, que no todo el monte va a ser orgasmo orégano, pero es que encima tienen una evolución muy desigual porque, mientras Devon cada vez me gustaba más, Kathleen me gustaba cada vez menos. Devon te va gustando más porque con sus diálogos con West te conquista poco a poco y ves cómo va cambiando su actitud frente a la vida y su modo de pensar y sentir (por no hablar de que otro más que se parece al Gandy, añjadfkhakfjañhdk). Kathleen, sin embargo, te tiene ganada casi desde el principio con su triste situación y lo complicado que se le pone todo enamorándose de Devon pero, resumiendo, se acaba comportando como una petarda insoportable con él. Por no hablar de que al final me cayó más bien gorda por su interferencia en la vida de otro personaje...
😒😒😒
-Raruno desarollo del amor. Se desarrolla muy rápido y luego se queda como medio parado, con los (necesarios, por supuesto) refrotamientos de rigor sin que su relación evolucione. La verdad es que me sentí bastante desconectada de estos dos. ¿Y qué nos mantiene el interés entonces? Pues una cosita que tengo que poner aparte.


*LO QUE MOLA PERO NO PERO SÍ PERO NO*

-Kleypas nos hace un Kleypas y nos mete por los ojos a un personaje que no protagoniza este libro (y que, al menos a mí, me acaba gustando más). ¿Por qué, Lisa Kleypas, por qué le das tanto protagonismo a Rhys Winterbone? ¿¿No ves que al final me he encontrando leyendo ansiosamente cada vez que salía su nombre y cagándome en tó cuando salían los protagonistas?? Queridas, para mí la gran estrella del libro es él, el dueño de los grandes almacenes Winterbone's y que tiene una historia de lo más interesante y espléndidamente bien contada con Helen. ¿Que por qué digo que me gusta pero no pero sí? ¡Hombre, pues porque éste no es su libro! Reconozco que me encantan estos libros puzzles, que encajan unos con otros (como Sucedió en otoño y El diablo en invierno) pero corres el riesgo de que roben la atención de la historia principal. Y es justo lo que pasa aquí, que a la trama de Devon y Kathleen se le ve el cartón muy rápidamente y la de Winterbone y Helen se cubre de un velo de misterio tan tentador que roba todo el protagonismo a la historia principal. Y eso, siendo fantástico (vamos, que le he subido un Gandy por esto), es también un fail.


¡Pero Kim! ¿Qué hacemos? ¿Llorar? ¿Reír? ¿Comernos un Donuts?

Be happy, my friend, always happy! Un seductor sin corazón no es la mejor novela de Lisa Kleypas pero tampoco la peor (me he quebrado la cabeza, ¿eh?). Es verdad que de la Kleypas esperamos siempre maravillas y a mí este libro no me ha tenido haciendo la croqueta enagüil pero me ha hecho pasar buenos momentos, me ha subido la temperatura bajeril y me ha presentado unos personajes secundarios que me han hecho disfrutar muchísimo y creado ansiedad lectora por pillar el siguiente libro (¡Rhys Winterbone, prepara tu yugular que allá que voy!). Tal vez sea que Lisa Kleypas tenía un poco oxidado el corsé y al libro le cuesta desarrollarse lo que a nosotras meternos en él y que, cuando lo hace, flaquea en lo principal y brilla en lo secundario, pero espero y deseo que éste sea el inicio de una gran amistad entre Winterbone los Ravenels y yo.

Por todo esto, Un seductor sin corazón se lleva en nuestro Gandymetro...


Devon, no te tapes con la toalla que ya te tapo yo con mi cuerpo


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martes, 7 de junio de 2016

Caballo de Fuego: Congo (Caballo de Fuego 2), Florencia Bonelli

[CONTIENE SPOILERS DE CABALLO DE FUEGO: PARÍS]
La cirujana pediátrica Matilde Martínez viaja desde París con destino al Congo guiada por una ilusión: aliviar el sufrimiento de los nifios castigados por la violencia y el hambre que imperan en ese país africano. Ha dejado atrás una historia de amor difícil, que no consigue olvidar.Por su parte, el soldado profesional Eliah Al-Saud llega al Congo movido por una ambición: hacerse de una mina de coltán, el mineral más codiciado por los fabricantes de teléfonos móviles, que le redituará grandes beneficios económicos. Pero sobre todo llega al Congo para recuperar a Matilde, a quien considera la razón de su vida.Los traumas y secretos que los distanciaron en París siguen latentes y, rodeados por un contexto cruel e injusto, la reconciliación parece imposible.En el marco de la Segunda Guerra del Congo, más conocida como Guerra del Coltán, y amenazados por grupos guerrilleros de mucho poder, Matilde y Eliah intentarán por todos los medios que triunfe el amor sobre la guerra.


Después de pasear, sufrir y alkfsalkjdgfajksgfalsshf con Eliah y Matilde por París, nos vamos al Congo con ellos, que no es que sea mi destino de vacaciones favorito (a mí llévame a Acapulco y déjame de tontás) pero a ellos se les han perdido muchas cosas por el país africano. Algunas las encontrarán y otras las perderán definitivamente. ¿O no...?


Sí, pues mama va a disfrutar cosa mala entonces

Dejamos a Eliah y a Matilde separándose al final de Caballo de Fuego: París, en una secuencia muy de película y con Matilde emprendiendo viaje hacia el Congo, donde va a trabajar para una ONG, Médicos Que Curan, cumpliendo así su sueño de irse a tomar por Cullen ayudar a los demás (sobre todo a los niños, que para eso es cirujana pediátrica). Eliah (que es un machote de ésos que llevan el cartel MÍA en la frente cuando ven a su jamelga) ya le dijo mil veces que allí no se fuera, que eso era un avispero y que estaba a las puerta de la guerra (si lo sabrá él, que tiene que ir allí a proteger una mina del asalto de los rebeldes...). Pero vamos, que Matilde ni caso y allá que va. Y el panorama que se encuentra en el Congo es... Bueno, digamos que Acapulco precisamente no. Por su parte, Eliah ya sabéis que lleva una vida plácida, de tocarse los cataplines y esas cosas, ¿verdad? ¡Ja! Eliah se queda medio tolili una vez que ve marchar a Matilde, pero sus múltiples jaleos no pueden esperar, sus entrenamientos militares, sus investigaciones sobre ciertas cositas que le escaman mucho, solucionar lo de la loca de Cèline, intentar salvar la vida de su padre... Vamos, lo que cualquiera hace un lunes. Y a todo esto hay que sumar la preocupación constante por la seguridad de Matilde (y por saber si se chinga a otro, sabiendo, además, que tiene un ramillete de pretendientes más que ansiosos por tomar el lugar de su Boa de Fuego).


Así se levanta Eliah por las mañanas

Pues éste es el panorama que nos presenta Caballo de Fuego: Congo. Me vais a permitir que no cuente más de la trama porque es de hacerte la picha un lío sería imposible. Si por algo se caracteriza esta serie es por meter miles de jaleos y, la verdad, todos bastante interesantes (es una de las cosas que más me han gustado de este libro, todas las tramas políticas y terroristas que se tejen te enganchan como si esto fuera una novela de suspense). Pero la Bonelli mete tanto que te puede petar la cabeza. Eliah y Matilde siguen siendo los protagonistas, faltaría más, pero hay un tercero aquí que se pone a su nivel: El Congo. Nos sumergimos en la realidad de ese país a finales de los noventa, justo antes de comenzar la Guerra del Coltán y, mientras que con Eliah vemos de cerca toda la parte política, gracias a Matilde vemos la social (que es de ponerte los pelos del cardado como escarpias). Este gran protagonismo del país (y la situación inicial de nuestros protas) hace de este libro uno mucho menos romántico. Tenemos historias de amor secundarias y seguimos con la de Matilde y Eliah, claro, pero, si en el primer libro se hinchaban a kjfdhakjhfajkd y ñiquiñiqui y guarreridas en multitud de posiciones, aquí tendremos que esperar (y mucho) para que pase algo de eso.


Cagontó

Si una cosa nos queda clara es que Eliah y Matilde se quieren mucho como la trucha al trucho. Lo que pasa es que Matilde es tontalculo y ya sabéis los impedimentos que pone para estar con Al-Saud así que se va al Congo con la ansiedad de ver si trabajando como una loca consigue llenar su vida. Y ciertamente lo logra en parte porque ese trabajo le encanta y porque encuentra otra persona a la que amar: Jèrome, un niño que parece puesto en su camino por el destino. Todo muy bonito y de mucha emoción y muy moñas, vale. Pero os voy a decir una cosa. Si hay algo de esta novela que me saca de quicio es Matilde


Matilde procede a esconderse ante la que le viene

No saco el hostiómetro por pereza pero mentalmente se lo ponía de sombrero. Florencia Bonelli nos tiene que dejar claro que es un ángel escondido en un cuerpo de mujer y lo que hace es plantarnos delante una pichote de tres pares de narices que hasta su mejor amiga se llega a plantear si es tonta o se lo hace (¡grande Juana!). Es más blanda que la mie*da de pavo. Sí, es una cirujana fetén y dedicadísima a los demás y blablabla. Pero qué tía más insegura y brasas. ¡Y todos locos por ella! Su fruta madre. En cambio, Eliah...



Personaje imperfecto donde los haya pero consecuente con su pasado y sus acciones. Él mismo dice que Matilde le hace mejor y eso a nosotras nos hace perder las bragas pero todo lo que hace, todo lo que le ocurre y cómo termina en este libro... Me quito el sujetador sombrero y le aplaudo. Él sí es un personaje maravilloso e inolvidable. No es fácil querer a Eliah porque no te da la sonrisa al conocerte (es mucho más fácil con su hermano Alamán, totalmente encantadorgfagjfsgdj) pero conocer cómo siente y piensa Eliah es adorarle. Cada vez que sale, el interés de la novela aumentaba exponencialmente. Suya es la parte interesante, tiene trama amorosa, tiene pasado turbio y sospechoso, está en el punto de mira del Mossad, de asesinos a sueldo, de enamorados pirados... ¡Copón, si lo tiene todo! Lo peor que tiene es haberse enamorado de la pavisosa de Matilde.



La Bonelli ha planteado la historia entre Eliah y Matilde de un modo clásico. El primer libro, París, es el planteamiento, cuando se conocen y no se pueden quitar las manos de encima (vamos, lo que haría yo con Eliah si lo tuviera cerquita) y, además, se nos presentan a los demás personajes y se introducen (jarl) las demás situaciones. Ésta, Congo, es el nudo, donde está todo más liado que la pata de un romano y el amor cede paso al pisto. Y Gaza (el último) será el desenlace, así que casi sería mejor juzgar los tres libros juntos pero, chicas, ya que me he puesto uno por uno...

Caballo de Fuego: Congo realmente es un libro muy bueno (tan bueno que hasta le perdono lo cursi que se pone a veces su escritora). No es de los que se lee fácilmente y en una sentada pero te engancha desde el principio y cuesta mucho dejar de leer. Para mí, flojea cada vez que aparece Matilde y es co*jonudo cada vez que aparece Eliah. Te regala amor, intriga, acción y le da una hostieja a tu conciencia al ver la realidad del Congo y de su gente en una época crucial para el país. Ya si Matilde no fuera tan pichote y estomagante éste sería un libro redondo.

Así que por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...


4 Gandys para Eliah y su hermosa y preciosa boa


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